“Todas las personas mayores de 16 años, todas, ahora son elegibles y pueden vacunarse (contra el COVID-19) de inmediato. Así que vayan y vacúnense ahora. Sobran y están disponibles”, pidió a los estadounidenses el presidente, Joe Biden, durante su primer discurso ante ambas cámaras del Congreso este miércoles en la noche.
“Aún queda mucho trabajo por hacer para vencer a este virus. No podemos bajar la guardia ahora”, advirtió el mandatario ante una sala casi desierta en la Cámara de Representantes, en la que solo 200 legisladores fueron admitidos para mitigar contagios. Habitualmente, el discurso es presenciado por unas 1,600 personas cada año. Los asistentes tuvieron que usar mascarillas y sentarse separados.
El llamado de Biden en horario estelar a que los estadounidenses cierren filas contra el COVID-19 se produce en un momento en que una parte de la población está dudando sobre todo de la vacuna de una sola dosis de Johnson & Johnson, cuyo uso estuvo detenido por 11 días en el país tras la investigación de coágulos de sangre que han resultado ser raros, pero mortales.
El discurso del demócrata, que llega solo un día antes de que se cumplan sus 100 primeros días en el cargo, comenzó rindiendo cuentas sobre los avances de su Administración frente a la pandemia, el principal reto en los primeros tres meses de su mandato.
“Después de que prometí que recibiríamos 100 millones de inyecciones de contra el COVID-19 en los brazos de las personas en 100 días, habremos proporcionado más de 220 millones en esos 100 días”, dijo Biden sobre una de sus principales promesas de campaña.
Hasta el momento, se han distribuido 290 millones de vacunas en Estados Unidos y se han administrado más de 230 millones. Alrededor de 96 millones de estadounidenses están completamente vacunados, lo que equivale al 29% de la población.
Cuando el demócrata asumió la presidencia a finales de enero, un promedio de más de 3,000 personas moría diariamente debido al COVID-19. Hasta esta semana, esa cifra se mantenía por debajo de 700 al día.
La aprobación de emergencia de tres vacunas contra el virus —Pfizer, el 11 de diciembre; Moderna, el 18 de diciembre; y Johnson & Johnson, el 28 de febrero— ha tenido un papel clave en la respuesta de su Administración a la pandemia, que hasta este miércoles ha dejado un saldo de más de 573,000 muertes en Estados Unidos, de acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins.
“Estamos reuniendo todos los recursos federales. Estamos recibiendo vacunas en casi 40,000 farmacias y más de 700 centros de salud comunitarios donde se puede llegar a los más pobres de los pobres. Estamos estableciendo sitios de vacunación comunitarios, desarrollando unidades móviles para para llegar a las comunidades”, dijo el presidente.
Un análisis de Noticias Telemundo encontró que, en materia de salud y concretamente en lo relativo a la pandemia de COVID-19, Biden ha cumplido en sus primeros 100 días en el cargo algunas de las promesas que hizo antes de asumir la presidencia, a finales de enero. Pero otras aún no se han materializado.
El presidente cumplió con su compromiso inicial de administrar 100 millones de vacunas en los primeros 100 días de su Gobierno para el 19 de marzo. Entonces subió el umbral a una meta más ambiciosa: 200 millones de vacunas antes del 29 de abril, la cual sobrepasó ocho días antes, el 21 de este mes.
Hasta este miércoles, más del 50% de los adultos del país ya habían recibido al menos una dosis de la vacuna. Estados Unidos tiene una población de 331 millones de habitantes, de acuerdo con datos del censo de 2020.
El mandatario también logró hacer que la mascarilla fuera obligatoria en propiedades federales, como había prometido, reincorporó a Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y habilitó centros de vacunación masiva.
Sin embargo, el demócrata no ha logrado aún reabrir la mayoría de las escuelas para el aprendizaje en persona ni desplegar, como prometió, clínicas móviles de vacunación para inmunizar a las comunidades más afectadas y de difícil acceso, como la latina.
Durante su discurso al Congreso, el presidente desveló la segunda parte de su plan económico Reconstruir Mejor (Build Back Better, en inglés), para hacer frente al golpe financiero de la pandemia. El paquete de 1.8 billones de dólares comprende el Plan de Empleos Estadounidense que, según dijo, “agregará millones de empleos y billones de dólares en crecimiento económico en los próximos años”.
“Estos son trabajos bien pagados que no se pueden subcontratar. Casi el 90% de los trabajos de infraestructura creados en el Plan de Empleos Estadounidense no requieren un título universitario. El 75% no requiere un título de asociado”, aseguró Biden.
Se calcula que unos 8.4 millones de puestos de trabajo se perdieron debido a la pandemia.
Uno de las medidas más notables de Biden para amortiguar el golpe finaciero de la pandemia fue la firma de un proyecto de ley de 1.9 billones de dólares, que fue aprobado sin un solo voto republicano. El paquete significó pagos directos de 1,400 dólares por persona a más de 160 millones de hogares, así como millones en ayudas para los gobiernos estatales y locales.