Durante su participación en el foro público anual de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el cual se realiza en Ginebra, Ngozi Okonjo-Iweala, expresó en su calidad de directora general que contempla una “recesión de la economía a nivel mundial”.
La economista de origen nigeriano reconoció que el cambio climático presente en varios países a través de intensas olas de sequía o inundaciones, el incremento en los precios de los alimentos y de la energía, así como las secuelas de la pandemia de COVID-19 son un caldo de cultivo que producirá una recesión global.
“Pienso en una recesión mundial. Pienso que nos dirigimos hacia eso, pero al mismo tiempo debemos comenzar a pensar en la recuperación. Debemos restablecer el crecimiento”, indicó.
Asimismo, la responsable de la OMC reconoció que el recorte del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional a las previsiones para la economía a nivel global no tienen “buena pinta”. Sin embargo, dijo que los bancos centrales “no tienen otra opción” más que subir las tasas de interés debido a la inflación.
En este sentido, Okonjo-Iweala explicó que dicha medida va a tener efectos “bastante graves” en las naciones en vías de desarrollo a la cuales se les complicará pagar sus deudas externas.
“Si se trata de factores ligados a la oferta de los cuales no hay control, seguir subiendo las tasas de interés sería contraproducente”, enfatizó.
Una de las señales que proyectan ya una desaceleración de la economía está relacionada con el informe más reciente del Banco Mundial (BM) sobre el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de China para este año.
El organismo lo rebajó a 2.8%, en contraste con el 8.1% registrado el año pasado. De ahí se deriva el hecho de que algunos economistas coincidan en señalar que el crecimiento chino podría incluso ser rebasado este año por el de naciones como Indonesia e incluso Vietnam, lo cual a nivel global no representan buenas noticias.