Estacionado en la acera de una calle arbolada, el Luvly O se parece mucho a cualquier otro automóvil pequeño. Cuadrado, pero elegante, la estética moderna y clásica de este vehículo color crema encarna el minimalismo escandinavo. No desentonaría en una sala de exposiciones de IKEA, por más de una razón.
Y es que, al igual que los productos que vende el gigante sueco del mobiliario, está diseñado para llegar a su destino embalado.
La startup Luvly, con sede en Estocolmo y fundada en 2015, afirma que su primer automóvil listo para montar es tan pequeño y ligero que puede reducir significativamente las emisiones de carbono asociadas al transporte marítimo.
Håkan Lutz, CEO y cofundador de Luvly, afirma que, además de la novedosa entrega en paquetes planos, Luvly espera que las demás características del auto eléctrico, como su chasis superligero y sus baterías intercambiables, hagan más asequible el transporte sostenible.
Con un peso inferior a 450 kilogramos, menos de una cuarta parte del peso de un auto moderno medio, Luvly tiene una autonomía de 100 kilómetros y una velocidad máxima de 90 kilómetros por hora, lo que, según Lutz, es más que suficiente para la mayoría de los desplazamientos diarios en zonas urbanas.
Sin embargo, según Lutz, no es probable que estos autos se conviertan en tu próximo proyecto de bricolaje: para que sean legales en carretera, tendrán que ser ensamblados por una fábrica de automóviles autorizada antes de ser entregados a los clientes.
Aunque el montaje no es obligatorio, IKEA ha sido una gran influencia. Lutz dice que Luvly intenta hacer con los autos lo que IKEA ha hecho con los muebles, con “calidad suficiente y un diseño muy bonito, barato y eficaz para todo el mundo”.
El automóvil biplaza tiene una autonomía de 100 kilómetros, que cubre la mayoría de los desplazamientos diarios, según la empresa. Crédito: Luvly
La solución Luvly
Luvly O es un “vehículo urbano ligero”, también conocido como microcoche.
Los coches diminutos llevan circulando por las calles de las ciudades desde los años cincuenta. El emblemático BMW Isetta, que solo pesaba 350 kg, popularizó el estilo de “coche burbuja” que ha seguido inspirando el diseño de los vehículos ligeros modernos.
Pero aunque los microcoches son bonitos, tienen fama de ser inseguros. Su baja altura, su chasis ligero y sus limitadas zonas de deformación delanteras hacen que, en caso de accidente, sobre todo con otros coches, los conductores puedan sufrir lesiones más graves que en otros vehículos. Además, no están sujetos a las mismas normas de seguridad que los vehículos normales y no se les exigen pruebas de choque.
“Para que los vehículos ligeros compitan con los automóviles de pasajeros, y con suerte los superen, deben ser seguros. La gente no aceptará que pases de conducir un todoterreno a conducir lo que es esencialmente un scooter con carcasa”, afirma Lutz.
Para solucionar este problema, Luvly se inspiró en los coches de Fórmula 1, construidos con un chasis ligero, pero resistente. El chasis del Luvly O tiene una “estructura de sándwich” con una capa de aluminio acolchada a ambos lados con espuma de plástico ligera. Lutz afirma que si el coche choca, la fuerza será absorbida por el acolchado y protegerá al conductor.
Aunque las pruebas de choque no son obligatorias, Lutz afirma que la empresa está realizando simulaciones por computadora. “No es barato utilizar computadoras, pero es mucho más barato que estrellar cosas [reales]”, afirma.
Luvly O funciona con dos baterías recargables de 16 kilogramos, que pueden intercambiarse por otro juego para que el coche esté siempre listo para el uso.
El chasis patentado de Luvly utiliza un sistema de embalaje plano que permite enviar más coches por contenedor y reducir las emisiones de cada vehículo. Crédito: Luvly
Luvly todavía está probando el prototipo Luvly O, pero espera lanzar el coche el año que viene con un precio de unos 10.000 euros (unos US$ 10.500), dice Lutz.
Sin embargo, el microcoche no es el objetivo último de Luvly.
Luvly planea conceder licencias de su estructura patentada de vehículo ligero de paquete plano a otros fabricantes de automóviles para que construyan sus propias versiones de marca.
“No prevemos que vayamos a ser grandes productores de vehículos, pero sí pequeños productores de vehículos, para defender y desarrollar la tecnología”, dice Lutz. “A pesar de querer licenciar esto a otros, también deseamos estar a la última y ser los mejores en nuestra plataforma”.
El tamaño importa
A pesar de la creciente preferencia de los consumidores por modelos de mayor tamaño, Luvly no es el único en modernizar el microcoche.
En 2020, el fabricante de automóviles francés Citroën presentó Ami, un microcoche eléctrico de dos asientos, de 483 kg, que fue imitado por la marca alemana Opel y la italiana Fiat. El año pasado, el fabricante suizo de vehículos urbanos Micro lanzó el Microlino, un “coche burbuja” que recuerda al minicoche Isetta de la década de 1950. Al igual que Luvly, Microlino utiliza un chasis inspirado en los deportivos para mejorar la seguridad.
El retrofuturista Microlino se inspira en los coches “burbuja” de los años 50. Crédito: Microlino
Los microcoches son más fáciles de maniobrar y requieren espacios más pequeños de estacionamiento, afirma Mascha Brost, experta en vehículos ligeros del Centro Aeroespacial Alemán.
Se calcula que el 68 % de la población mundial vivirá en ciudades de aquí a 2050, por lo que el espacio urbano es escaso. Así, los coches más pequeños podrían liberar espacio para uso peatonal y zonas verdes, lo que también reduciría la cantidad de calor atrapado en las zonas urbanas, añade Brost.
Casi el 11 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía proceden de los autos de carretera, y aunque el año pasado se batió el récord de ventas de vehículos eléctricos, lo que está ayudando a reducir las emisiones de gases de escape, a menos que se pueda reducir la energía y las materias primas utilizadas en la producción de vehículos, la investigación sugiere que los beneficios generales de los vehículos eléctricos son limitados.
Según Brost, los vehículos eléctricos ligeros (VEL), como los microcoches, consumen pocos recursos y requieren menos energía para su fabricación que los automóviles de pasajeros eléctricos.
“Un microcoche bastante grande solo tiene un tercio de las emisiones para su producción, en comparación con un vehículo de pasajeros eléctrico”, afirma Brost.
En un estudio realizó en 2022 sobre el uso del coche y los VEL en Alemania, Brost descubrió que hasta la mitad de todo el kilometraje podría realizarse en vehículos ligeros, incluidas e-bikes, ciclomotores y microcoches. Esto reduciría las emisiones del transporte en un 44 %.
Los vehículos ligeros también podrían mejorar la seguridad de los peatones, afirma Brost.
En la última década, el número de peatones muertos en las carreteras estadounidenses no ha dejado de aumentar, según un estudio de la organización de investigación Insurance Institute for Highway Safety. Y, en 2021, los peatones fallecidos en accidentes de tráfico en EE.UU. alcanzaron la cifra más alta de los últimos 40 años. Este aumento se debe en parte a la creciente popularidad de los vehículos utilitarios deportivos (SUV).
“Un SUV puede ser muy seguro para la persona que va sentada en el coche, pero quizá no para los demás usuarios de la carretera”, afirma Brost.
Pero a pesar de la enorme oportunidad de sustituir los coches por VEL en nuestras ciudades, hay problemas normativos y logísticos que los frenan, dice Brost.
Compartir las carreteras con coches más grandes y rápidos no siempre es seguro para los vehículos ligeros, dice Brost, por lo que es esencial crear “condiciones de funcionamiento seguras” para los VEL, como límites de velocidad más bajos o zonas restringidas.
Brost cita como ejemplo Peachtree City, en Georgia (EE.UU.). Aquí, una segunda red de carreteras de 160 km ofrece condiciones de conducción seguras para la flota de 10.000 carritos de golf de la ciudad y es apta para peatones.
Aunque no sea factible en todas las ciudades, demuestra las posibilidades de los vehículos ligeros, añade.
Pero para atraer a los consumidores, es esencial que haya más variedad de modelos VEL, dice Brost.
Aquí es donde Luvly espera añadir valor: inspirando a más fabricantes de automóviles para que desarrollen vehículos urbanos ligeros con su marco patentado.
“El servicio que prestan los coches es algo bueno, es bonito, la libertad personal. Pero no está muy optimizado para lo que hacemos”, dice Lutz. “[Luvly] ofrece el mismo servicio con una fracción de los recursos. Eso está bien, es lo que tenemos que hacer”.
CNN