Por Carol E. Lee, Leigh Ann Caldwell y Courtney Kube – NBC News
WASHINGTON – El presidente, Donald Trump, amenaza con vetar la legislación para financiar al Ejército el próximo año fiscal como uno de sus actos finales en el cargo a menos que se elimine una disposición bipartidista ampliamente apoyada para renombrar las bases militares en honor a los líderes confederados, según fuentes de la Casa Blanca, de Defensa y del Congreso.
Desde las elecciones del 3 de noviembre, Trump ha dicho en privado a los legisladores republicanos que no dará marcha atrás en su posición de vetar la Ley de Autorización de Defensa Nacional anual si incluye una enmienda para renombrar esas bases.
Un alto funcionario de la Administración confirmó las conversaciones de Trump con los republicanos y su amenaza de veto. “Ha dicho eso”, aseguró.
La postura de Trump ha puesto en duda el futuro de esa legislación sobre lapolítica militar y financiación del Ejército, que fue aprobada por republicanos y demócratas en la Cámara de Representantes y el Senado.
Si bien algunos republicanos están cambiando sus posiciones para alinearse con Trump, los demócratas se niegan a ceder en la enmienda acordada, lo que amenaza la aprobación de la legislación.
El esfuerzo por cambiar el nombre de las bases bautizadas en honor a los líderes confederados de la Guerra Civil, un movimiento que ganó impulso en el contexto de las protestas tras la muerte de George Floyd, ha contrariado a Trump durante meses.
Fue uno de los desacuerdos que tuvo con su exsecretario de defensa Mark Esper, quien estaba trabajando con el Congreso para que se aprobara ese cambio en el proyecto de ley antes de que Trump lo despidiera este mes.
La presión de Trump ha aumentado a medida que los miembros de los comités de Servicios Armados de la Cámara y el Senado han comenzado negociaciones formales para resolver las diferencias en sus respectivos proyectos de ley.
Ambas cámaras aprobaron abrumadoramente una disposición que renombraría las bases con el nombre de generales confederados como parte de sus proyectos de ley de Defensa.
Pero el presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, James Inhofe, republicano por Oklahoma, indicó que recibió el mensaje de Trump y lo calificó como un “gran tema” de contención en las negociaciones con los demócratas.
“Sólo el presidente puede decir si hay o no espacio para una negociación”, dijo Inhofe, y agregó que duda de que el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, republicano por Kentucky, someta a votación una legislación “que ya tiene veto”.
Los demócratas se resisten y dicen que los republicanos están cediendo ante la presión del presidente. Tres docenas de demócratas del Senado escribieron una carta instando a que se mantuviera la disposición.
Jack Reed, demócrata por Rhode Island y miembro de alto rango del Comité de Servicios Armados del Senado, reconoció que el tema se ha convertido en un escollo central. “Pasó de manera abrumadora en el Senado”, dijo Reed, “mi posición es que debe mantenerse”.
El representante Adam Smith, demócrata por Washington y presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, quien lidera las negociaciones con los republicanos, sostuvo que el tema podría descarrilar todo el proyecto de ley, que se ha aprobado cada año durante 59 años consecutivos.
“Es algo simple, pero se está interponiendo a otras muchas cosas importantes en algo que todos deberíamos apoyar, y la mayoría de nosotros lo hacemos”, explicó Smith.
La legislación establece prioridades de Defensa para el próximo año, pero también incluye un aumento de los salarios para las tropas y fondos para uniformes y chalecos antibalas específicos para mujeres, que aún no existen.
Proporciona además fondos para apoyar la calidad de vida de los miembros del servicio y sus familias, incluidas medidas para asistencia a la educación de los hijos de militares con necesidades especiales cuyas familias tienen que cambiar de distrito escolar con frecuencia.
En julio, Trump tuiteó que vetaría la ley de Defensa si incluye la enmienda para modificar el nombre de las bases: “Vetaré el proyecto de ley de autorización de Defensa si la enmienda de Elizabeth Pocahantas Warren (¡de todas las personas!) que llevará al cambio de nombre (¡además de otras cosas malas!) de Fort Bragg, Fort Robert E. Lee y muchas otras bases militares [con nombres de generales gracias a los que] ganamos dos guerras mundiales, si está en la legislación”.
Un asistente del Congreso ha informado que los sentimientos de Trump no han cambiado y que la realidad es que la próxima Administración probablemente cambiaría los nombres incluso si el lenguaje no está incluido en el proyecto de ley de defensa. “¿Por qué poner en riesgo un proyecto de ley grande e importante por algo que se aprobará de todos modos?”, se preguntó.
Después de su toma de posesión, el presidente electo, Joe Biden, quien emitió un comunicado apoyando la medida en junio, podría emitir una orden ejecutiva para renombrar las bases militares, y los cambios probablemente se implementarían más rápido de lo que cualquier legislación podría implementarlos, según un funcionario de Defensa que quiso mantenerse en el anonimato.
Biden escribió: “Los nombres colocados en nuestras instalaciones militares deben honrar la herencia diversa de liderazgo y sacrificio en la historia de nuestro país. Apoyo plenamente el esfuerzo bipartidista de la senadora Warren para formar una comisión para cambiar renombrar las instalaciones del Departamento de Defensa con el de líderes confederados en los próximos tres años y esperamos implementar el trabajo de la comisión como presidente”.
El equipo de transición de Biden se negó a comentar si firmaría una orden ejecutiva con el polémico cambio. Si Trump veta el proyecto de ley y firma una nueva versión antes de que el 116º Congreso finalice sus sesiones el 3 de enero, el próximo Congreso tendrá que empezar desde cero.