Los trabajadores de Starbucks en una cafetería en la segunda ciudad más grande de Nueva York votaron para formar el primer sindicato en los 50 años de historia de la compañía, lo que marcó un hito importante en la organización laboral durante una ola histórica de acciones por parte los trabajadores y con el potencial de provocar campañas similares en otras tiendas.
El 9 de diciembre, la Junta Nacional de Relaciones Laborales contó 27 votos emitidos entre 36 trabajadores elegibles de una tienda en Buffalo, con 19 votos a favor de sindicalizarse y ocho en contra, luego de una elección que fue vigilada de cerca y que resonará en la fuerza laboral de la industria de servicios de la nación.
Tres tiendas del área de Buffalo tuvieron elecciones independientes para determinar si se sindicalizarían. Los votos emitidos por los trabajadores de otras dos tiendas todavía se encuentran en conteo por parte de la junta laboral de la nación.
La tienda de Elmwood Avenue es la primera entre las aproximadamente 9,000 tiendas de la compañía en Estados Unidos que se sindicaliza, una victoria laboral histórica ya que miles de trabajadores en los Estados Unidos se unen a huelgas por mejores salarios y condiciones laborales o para promover la afiliación sindical.
En una presentación ante la junta, la campaña de Starbucks Workers United acusó a la empresa de “participar en una campaña de amenazas, intimidación, vigilancia, importuna de quejas y cierre de instalaciones” antes de las elecciones.
La compañía también había pedido a la junta laboral una suspensión “inmediata” para detener las elecciones, con el argumento de que un solo voto debería cubrir las tres tiendas de Buffalo, en lugar de cada una por separado.
Los trabajadores han describieron una serie de acciones percibidas como intentos de disuadirlos de sindicalizarse, desde correos, mensajes de texto y correos electrónicos antisindicales hasta reuniones semanales con la gerencia para advertir que los trabajadores podrían perder sus beneficios o promociones.
En septiembre, varios ejecutivos visitaron tiendas en Buffalo y comenzaron a barrer pisos, sacar la basura y hablar con el personal. En un comunicado de octubre, Rossann Williams, presidenta de Starbucks North America, dijo que vino a Buffalo “para ver por mí misma las condiciones de trabajo y los desafíos operativos que nuestros socios habían compartido con nosotros”.
Días antes de que comenzaran las elecciones, Starbucks cerró las tiendas de la zona para invitar a los trabajadores a una charla voluntaria del ex director ejecutivo y mayor accionista de la empresa, Howard Schultz, en un hotel local. No mencionó de forma explícita la campaña sindical, pero hizo referencia a los beneficios de la empresa y al aprendizaje de los “errores” a lo largo de la historia de la empresa. También pareció establecer paralelismos entre la cultura empresarial y las experiencias de los prisioneros del Holocausto en vagones de tren quienes compartían cobijas.
En sus primeros comentarios públicos después de la campaña sindical, Kevin Johnson, el director ejecutivo de la compañía, dijo a The Wall Street Journal que un intento de sindicalizar a los trabajadores de Starbucks “va en contra de tener esa relación directa con nuestros socios que nos ha servido tan bien durante décadas y nos ha permitido construir esta gran empresa”.
En una declaración a los empleados el 7 de diciembre, Johnson dijo que respetaba el proceso de elección sindical.
“Los hemos escuchado y avanzamos a través de los obstáculos más difíciles”, dijo. “Hay más por hacer a medida que continuamos adaptándonos a una realidad covid a largo plazo”.
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