Con un peso de 2,9 toneladas y una velocidad de 7,72 kilómetros por segundo, este montón de baterías viejas es ahora la pieza de basura espacial más pesada que se ha desechado desde la Estación Espacial Internacional.
El pallet lleno de baterías de níquel-hidrógeno permanecerá en la órbita terrestre baja durante los próximos dos a cuatro años “antes de quemarse inofensivamente en la atmósfera”, según un comunicado de la NASA . SpaceFlightNow informa de que el pallet es el “objeto más masivo jamás arrojado desde la estación en órbita”. La portavoz de la NASA, Leah Cheshier, confirmó que ese es el caso.
“El pallet externo es el objeto más grande, medido en masa, lanzado desde la Estación Espacial Internacional. Con 2.9 toneladas, tiene más del doble de la masa del tanque del Sistema de mantenimiento temprano de amoníaco arrojado por el caminante espacial Clay Anderson durante la misión STS-118 en 2007”, escribe Cheshier en un correo electrónico.
Los oficiales de balística de la NASA “no indican ninguna amenaza” de que el pallet se estrelle contra otros objetos espaciales, pero “este elemento, como todos, será rastreado por el Comando Espacial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos”, agregó.
No era el plan original que el pallet se desechara así. El lanzamiento fallido de un cohete Soyuz en 2018, en el que el astronauta de la NASA Nick Hague y el cosmonauta de Roscosmos Alexey Ovchinin se vieron obligados a realizar un aterrizaje de emergencia en la estepa kazaja, provocó una interrupción en el programa de caminatas espaciales, lo que desencadenó en el pallet sobrante.
La caminata espacial de la NASA del 1 de febrero de 2021, que involucró a los astronautas Mike Hopkins y Victor Glover, fue importante porque concluyó un esfuerzo de cuatro años para actualizar las baterías de la estación espacial. Estas baterías almacenan energía recolectada por paneles solares, pero en 2011 la NASA decidió cambiar de baterías de níquel-hidrógeno a baterías de iones de litio. La producción de estas baterías comenzó en 2014 y el proceso de cambio comenzó en 2016.
Este esfuerzo requirió cuatro misiones de suministro de la nave espacial de carga japonesa H-II Transfer Vehicle (HTV), 13 astronautas diferentes y 14 caminatas espaciales, en las que 48 baterías de níquel-hidrógeno fueron reemplazadas por 24 baterías de iones de litio.
Normalmente, las baterías viejas se colocarían dentro de un HTV y se desecharían de la ISS, y la mayoría de las piezas se quemarían en su reentrada. Pero la falla del lanzamiento de Soyuz interrumpió el patrón de caminatas espaciales y el cronograma previsto, de modo que, a finales de 2018, un carguero HTV salió de la estación sin un pallet de baterías, según SpaceFlightNow. La misión de reemplazo de baterías continuó y los HTV continuaron saliendo de la estación con pallets, pero ahora con una adicional permanentemente conectada a la estación. Con la misión terminada y sin más HTVs por venir (al menos ninguno del diseño anterior, que está siendo reemplazado por la nave espacial de carga HTV-X), los planificadores de misión tuvieron que deshacerse del pallet por sí mismos.
Así que eso es lo que hicieron el jueves 11 de marzo, cuando los controladores de la misión en Houston utilizaron el brazo robótico Canadarm2 para “lanzar un pallet externo cargado con baterías viejas de níquel-hidrógeno en la órbita de la Tierra”, según la NASA. El objeto fue lanzado aproximadamente a 427 km sobre la superficie de la Tierra.
“Solía no ser gran cosa tirar objetos desde la Estación Espacial Internacional porque había muy pocos satélites por debajo [a altitudes por debajo de los 400 km] ”, explicó Jonathan McDowell, astrofísico del Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica, en un correo electrónico. “Eso ya no es tan cierto porque hay un montón de cubesats y Starlinks recientemente lanzados en órbita. Así que me preocupa”.
A lo que agregó: “No veo qué más podrían haber hecho de inmediato, excepto volar una misión HTV adicional solo para deshacerse del pallet”.
Según la Agencia Espacial Europea, hay alrededor de 34.000 objetos de más de 10 cm se actualmente en órbita alrededor de la Tierra, además de millones de objetos más pequeños, como herramientas y trozos de naves espaciales. El volumen de objetos en el espacio, tanto funcionales como no funcionales, aumenta constantemente, lo que genera preocupaciones sobre posibles colisiones e incluso más desechos orbitales.