Rusia planea múltiples ofensivas a lo largo de las fronteras de Ucrania, y Kiev será el principal objetivo si Vladimir Putin decide atacar, según funcionarios occidentales.
Más del 60 por ciento del poder de combate terrestre de Rusia, la mitad de su fuerza aérea y una proporción significativa de sus fuerzas especiales participarán en una invasión a gran escala, con la instalación de un régimen respaldado por el Kremlin si se ocupa la capital, afirman.
La alarmante evaluación se produce en medio de los últimos esfuerzos diplomáticos para evitar el conflicto, incluida una visita a Moscú el martes del canciller alemán Olaf Scholz.
El ministro de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, señaló que Rusia estaba ultimando su respuesta a las propuestas de EE.UU. para aliviar las tensiones, lo que indica que hay margen para las conversaciones.
Sin embargo, Ucrania reiteró su compromiso de adherirse a la OTAN -un punto de fricción clave- y el presidente Volodymyr Zelensky declaró que el miércoles, fecha en la que las autoridades de EE.UU. advirtieron que podría producirse una invasión rusa, sería un “día de unidad” en su país.
“Izaremos las banderas nacionales, nos pondremos lazos azules y amarillos y mostraremos al mundo nuestra unidad”, aseveró.
La ministra de Asuntos Exteriores, Liz Truss, que presidió una reunión del COBR (Sala de reuniones de la Oficina del Gabinete) el lunes por la tarde, repitió la advertencia británica de que Rusia podría lanzar una invasión “casi inmediatamente” y reiteró los llamados para que los británicos abandonen Ucrania ahora.
El análisis de los movimientos de las fuerzas muestra que 100 BTG (Grupos Tácticos de Batallones) de un total de 170 en las fuerzas armadas de Rusia están en el lugar, con otros 14 en camino, según los funcionarios de inteligencia.
El alarmante escenario es el último que se presenta junto a las afirmaciones occidentales de que la acción militar es ya inminente, pero no estipula que los ataques puedan comenzar el miércoles.
La acumulación, la estructura y la distribución de las fuerzas rusas no podrían ser para otra cosa que un ataque a Ucrania, insisten los funcionarios, y la escala y la disposición del personal y las armas indican que la acción sería mucho mayor que las pequeñas incursiones que pueden haber sido planeadas en el pasado reciente.
Se han colocado tanques y artillería, aviones de guerra y misiles balísticos en posiciones avanzadas en la frontera. Al mismo tiempo, los buques navales rusos han comenzado a adentrarse en el Mar Negro, frente a la costa de Crimea.
Los planes del Kremlin incluyen tomar Kiev y llevar a cabo un “cambio de régimen” en Ucrania, según el análisis. La proximidad de la capital a la frontera -solo 105 millas (169 kilómetros)- permitiría a los rusos utilizar su doctrina de velocidad y capacidades para lograr un factor de choque.
Los funcionarios reconocieron que los intentos de tomar la ciudad conducirían a feroces combates cuerpo a cuerpo y a la pérdida de vidas. Pero las brutales acciones de las fuerzas rusas en Siria sugieren que Putin no se dejará disuadir por la perspectiva de que se produzcan víctimas civiles a gran escala.
Además de una ofensiva contra la capital, se centraría en las fuerzas ucranianas del este del país, que se enfrentan a las repúblicas separatistas de Donetsk y Luhansk. Las unidades con base allí se encuentran entre las mejor equipadas y más experimentadas del ejército ucraniano, y supondrían una amenaza para las fuerzas rusas a menos que sean neutralizadas.
Las sombrías evaluaciones de los servicios de inteligencia han suscitado críticas en Ucrania, donde la economía se ha visto muy afectada por los rumores de una invasión.
Sin embargo, los funcionarios insistieron en que confiaban plenamente en su información y que difundirla era una forma de hacer saber al Kremlin que cualquier complot, como una operación de “falsa alarma” para instigar las hostilidades, no puede mantenerse oculto.
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