El precandidato republicano a la Presidencia de EEUU, Ron DeSantis, aseguró que de ganar el puesto público más importante del país, lanzará ataques militares a México para combatir a los cárteles de la droga.
Durante el debate electoral del Partido Republicano, DeSantis dijo que “desde el primer día” de su eventual gobierno, “enviaré al Ejército estadounidense para desmantelar laboratorios de droga mexicanos”.
Y agregó: “Los cárteles de la droga están matando a decenas de miles de nuestros ciudadanos, tenemos todo el derecho a hacerlo”. El 26 de agosto, reiteró su propuesta frente a miles de seguidores en el estado de Iowa; en la región habría declarado que “están invadiendo nuestro país y matando a nuestra gente”.
El gobernador de Florida dijo que el presidente de EEUU tiene todo el derecho de usar sus poderes para proteger a la nación; por ello, “vamos a usar fuerza letal, sí, y nos reservamos el derecho a operar”, refiriéndose a no optar por acciones más mesuradas contra presuntos criminales.
Algunos analistas han referido a la cadena CNN que, la intromisión de las fuerzas castrenses en territorio mexicano, podría tener graves repercusiones en las relaciones exteriores con el país vecino. El hecho de declarar como “organizaciones terroristas” a los cárteles de la droga, abrió un debate en el ámbito de seguridad entre ambas naciones, ya que podría acarrear acciones letales.
Según expertos, la intervención militar en México es un tema sensible. En caso de que EEUU intente enviar tropas al norte del país para emprender ataques coordinados contra las bandas delictivas, analistas refieren que el país azteca podría cerrar sus fronteras e, incluso, limitar el flujo comercial.
Hasta el momento, la voluntad política del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha sido buena. Respecto al tema de seguridad, ha mantenido firme el Entendimiento Bicentenario –antes Iniciativa Mérida–, un grupo de trabajo para el combate a la delincuencia, control de armas, flujo migratorio y tráfico de drogas en EEUU y México.
De emitirse acciones agresivas por parte de EEUU, estas tendrían que aprobarse por el Poder Legislativo; y en caso de ejecutarse de manera arbitraria, serían sancionados por el Congreso. Los expertos suman el descontento de la población mexicana y la fractura de una relación comercial histórica.
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