“Lo he pensado mucho y después de cuatro años de un intenso trabajo he tomado la decisión de dejar el cargo del jefe de Estado”, señaló el hasta ahora presidente de Armenia, Armen Sarkisian. Este achacó su dimisión a carecer de facultades para influir en la política interior y exterior del país. “Estamos viviendo en una realidad (…) en la que el presidente no puede poner su veto a las leyes que considera inconvenientes para su pueblo y el Estado”, dijo este domingo (23.01.2022) Sarkisian, nombrado por el Parlamento en marzo de 2018, en un mensaje difundido en la web de la Presidencia armenia.
La dimisión del mandatario, de 68 años, se produce en medio de tensiones con el Gobierno liderado por el primer ministro, Nikol Pashinián, a quien Sarkisian urgió a abandonar el poder después de la derrota del país en la guerra de Nagorno Karabaj con Azerbaiyán. El político, cuyo rol era eminentemente protocolario, indicó que su decisión “no es emocional” y está relacionada con la falta de herramientas para influir en los destinos del país en “tiempos complejos” para su pueblo.
Ambos habían discrepado sobre la decisión de destituir al jefe del Estado Mayor del Ejército tras la guerra y en medio de protestas que llevaron a miles de personas a las calles del país caucásico. “Espero que puedan aplicarse los cambios constitucionales y que el próximo presidente y la administración presidencial puedan operar en un entorno más equilibrado”, añadió el comunicado. “Hoy, más que nunca, necesitamos tomar pasos bien pensados (…). No tenemos derecho a equivocarnos de nuevo”, dijo Sarkisian, quien criticó que el mandatario armenio carezca de facultades constitucionales para “ayudar a su país”, convertido en una república parlamentaria tras un referéndum celebrado en 2015.
En declaraciones a Efe el director del Instituto del Cáucaso, Aleksandr Iskandarián, señaló que la dimisión de Sarkisian es un reflejo de la “creciente división en las élites políticas” de Armenia después de la guerra en Nagorno Karabaj de noviembre de 2020. El conflicto, en el que se impuso Azerbaiyán ayudado activamente por Turquía, supuso para Armenia la pérdida de casi el 70 por ciento de los territorios que controlaba en la región desde el fin de la guerra de 1992-1994. A pesar de los roces con el gobierno, el experto subrayó que la dimisión de Sarkisian tomó a muchos por sorpresa.
lgc (efe/apf)