Múltiples familias inmigrantes en Nueva York se ven obligadas a elegir entre garantizar la educación de sus hijos o protegerse de las redadas del servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La situación se ha vuelto crítica tras la revocación de directrices que antes aseguraban la protección de espacios como escuelas y hospitales en Estados Unidos .

La autorización de operativos en lugares considerados seguros ha intensificado el miedo entre los padres, quienes temen ser arrestados mientras llevan o recogen a sus hijos. Esta realidad ha llevado a una preocupante disminución en la asistencia escolar, afectando no solo el derecho a la educación, sino también la estabilidad emocional de los niños.

¿Qué dijo la secretaria de Seguridad Nacional sobre los inmigrantes en Nueva York?

La medida de autorizar redadas en lugares sensibles ha generado críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y líderes comunitarios. Durante una conferencia reciente, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, justificó la decisión como un esfuerzo para “hacer cumplir las leyes migratorias vigentes”, argumentando que no existen excepciones para los lugares considerados sensibles en el pasado. Sin embargo, expertos y activistas advierten que esta estrategia no solo pone en riesgo la educación y estabilidad emocional de miles de niños, sino que también puede aumentar la desconfianza hacia las instituciones.

Por su parte, el Departamento de Educación de Nueva York ha lanzado campañas informativas en inglés y español para tranquilizar a las familias, ofreciendo orientación sobre sus derechos ante posibles intervenciones del ICE. Aunque estas iniciativas buscan fomentar la confianza, los esfuerzos no han logrado revertir la caída en la asistencia escolar, lo que refleja la magnitud del temor en estas comunidades.

Testimonios de las familias inmigrantes en Nueva York

María, una madre de tres hijos originaria de Guatemala, cuenta que dejó de enviar a sus hijos a la escuela después de escuchar rumores sobre operativos del ICE cerca de su vecindario. “Mis hijos lloran porque quieren volver, pero no puedo arriesgarme a que nos separen”, expresa con angustia.

También, Pedro, un padre mexicano, narra cómo decidió recurrir a la educación en casa tras recibir consejos de sus vecinos. Aunque asegura que esta medida es temporal, teme que las redadas puedan prolongar esta situación indefinidamente. “Venimos a Estados Unidos buscando seguridad, pero ahora vivimos con más miedo que nunca”, comenta.

La República