El gobernador de Puerto Rico ordenó el viernes que todos los empleados del gobierno central y contratistas reciban la vacuna de refuerzo antes del 28 de febrero, como parte de una nueva medida para combatir el COVID-19 en el territorio estadounidense.
Sin embargo, Pedro Pierluisi relajó otras normas, al anunciar que a partir del 2 de febrero la isla ya no pedirá que los visitantes vacunados provenientes del suelo continental de Estados Unidos presenten una prueba negativa. Quienes no se hayan vacunado siguen obligados a presentar una.
Pierluisi también eliminó otras reglas, indicando que retirará una prohibición de la venta de alcohol, desde la medianoche a las 5:00 de la mañana, y permitirá que los negocios operen pasada la medianoche a partir del 2 de febrero.
Además, ya no habrá un límite en la capacidad para las secciones al aire libre de restaurantes y aumentó la capacidad en espacios cerrados de 50% a 75%. Sin embargo, los clientes aún deben presentar pruebas de vacunación o una prueba negativa si desean ser atendidos.
La isla de 3,2 millones de habitantes ha reportado más de 255.700 casos confirmados y más de 3.700 muertes. Más de 93% de la población ha recibido la primera dosis y 83% la segunda. No obstante, apenas 47% ha recibido la dosis de refuerzo.