Texas, el principal generador de electricidad de los Estados Unidos, podría verse afectado en invierno si las condiciones climatológicas son extremas nuevamente como ocurrió en febrero, cuando cientos personas murieron en medio del frío sin precedentes en el estado. Según un informe de la North American Reliability Corporation (NERC), si otro invierno similar golpea al estado podría ser mortal para miles de personas.
El estudio afirma que si las temperaturas en Texas descienden a niveles muy por debajo a lo normal en la temporada, la demanda eléctrica podría subir hasta en un 37%, lo que superaría la potencia instalada en el estado y obligaría a los proveedores del servicio a realizar cortes programados, como sucedió a principios de 2021, dejando nuevamente a oscuras a miles de tejanos.
Durante la crisis energética a principios de año murieron aproximadamente 200 personas, la mayoría por hipotermia al no poder calentarse debido a los cortes eléctricos por las temperaturas extremas en la región. Un informe posterior de la NERC reveló que la falta de energía se debió a problemas con la distribución de gas y al congelamiento de los generadores, situación que podría repetirse en este invierno si las condiciones meteorológicas vuelven a ser desfavorables.
“Desafortunadamente, los eventos climáticos extremos, como el de febrero de 2021, se están volviendo más comunes y el ecosistema eléctrico debe unirse para planificar y prepararse para operar bajo eventos climáticos más extremos, de mayor duración y de área amplia”, explicó Jim Robb, presidente de la NERC, a CNN.
Por otra parte, Texas no sería el único estado en sufrir crisis de energía en caso de un invierno extremo. En la costa Oeste de los Estados Unidos la sequía ha sido tan severa que los embalses continúan en niveles críticos luego del verano más caluroso en 100 años, por ejemplo, en California.
Si bien es cierto que desde octubre han llegado varios ciclones bomba del Pacífico al norte de California, el sur sigue seco y los embalses en niveles bajos históricos. Incluso, el gobernador Gavin Newsom declaró en verano estado de emergencia en más de una decena de condados y recomendó a la población a reducir el uso del agua con la intención de afrontar de mejor manera el invierno.
Por su parte, el Centro de Predicción Climática (WPC) prevé que durante este invierno el Sureste y Noreste de los Estados Unidos tenga temperaturas por encima de lo normal para la temporada. Caso similar para el Suroeste, Sur y Centro de las Grandes Llanuras desde diciembre hasta febrero.
En cuanto al Noroeste y al norte de las Montañas Rocosas, se prevé que las temperaturas sean significativamente más bajas en comparación con la media en la temporada.
Sin embargo, el año anterior se predijo algo similar y las temperaturas terminaron por caer de manera dramática. A pesar de que anualmente el fenómeno de La Niña haga de las suyas en esta temporada, en 2020 las condiciones meteorológicas cambiaron de forma inédita en más de 50 años, según dijo en marzo el meteorólogo Tom Di Liberto.
La Opinión