Durante los últimos años, la posible existencia del Planeta Nueve ha sido un tema que ha causado revuelo tanto en la comunidad científica como en la población en general, pues significaría que hay un cuerpo celeste desconocido orbitando al Sol y que está más allá de Neptuno. Un nuevo estudio revelaría que un análisis de 1983 podría haber descubierto al planeta sin darse cuenta.
Según Science Alert, el objeto pudo haber sido observado en 1983 y los científicos no se habrían dado cuenta. Es por eso que un estudio reciente de los datos de entonces podrían arrojar más luz al respecto.
Michael Rowan-Robinson, astrónomo del Imperial College de Londres, analizó los datos de hace 38 años y encontró tres señales infrarrojas detectadas exactamente con un mes de diferencia cada una y, según él, se trata de un único objeto transitorio dentro del sistema Sistema Solar, llevándolo a pensar que podría ser el Planeta Nueve.
Según la Deustche Welle, el especialista publicará pronto su estudio en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Uno de los primeros pasos que la ciencia tendría que dar sería “comprobar si un objeto con los parámetros propuestos y en la región del cielo propuesta, es inconsistente con las demás efemérides planetarias“, según Rowan-Robinson. Esto serviría para descartar cualquier otro evento astronómico ya conocido, que apuntaría directamente al descubrimiento de un cuerpo nuevo que rodea al Sol.
La exaltación por un posible Planeta Nueve se remonta a 2016, cuando un estudio reveló que han habido una fuerza gravitatoria anómala dentro del Cinturón de Kuiper, que es una especie de barrera de asteroides y rocas espaciales más allá de Neptuno que rodean y recubren al Sistema Solar y que son afectadas directamente por la fuerza gravitacional del Sol.
En aquel entonces los datos arrojaron que las perturbaciones podrían indicar que hay un planeta del que no se tiene registro dando vueltas alrededor del Sol. Sin embargo, esa es sola de las hipótesis que se manejan actualmente.
Debido a que el cuerpo no emite luz, algunos científicos han asomado la idea de que podría ser un agujero negro muy pequeño, lo que sería un descubrimiento todavía más impresionante al del Planeta Nueve. Aún así, hacen falta muchos más estudios y análisis para determinar la razón de la perturbación en el Cinturón de Kuiper.
Según Science Alert, el cuerpo orbitaría a unas 400 y 800 Unidades Astronómicas (UA) y tendría entre cinco y ocho veces la masa total de la Tierra. Una UA equivale a la distancia entre la Tierra y el Sol. Es decir, que el cuerpo celeste desconocido daría vueltas al Sol a una distancia hasta 800 veces mayor que nuestro planeta y su estrella.
Si bien es cierto que todavía hacen falta muchos estudios para determinar cuáles son las propiedades del cuerpo que perturba al Cinturón de Kuiper, este nuevo avance es un paso adicional en la tarea de conocer mejor al vecindario planetario.
La Opinión