Un trabajo periodístico sobre una investigación secreta realizada por el Ejército mexicano ubicó a la fiscal del estado de Durango, Ruth Medina Alemán; y al senador José Ramón Enríquez Herrera, supuestamente como parte de la estructura del Cártel de Sinaloa (CDS), específicamente entre los colaboradores del narcotraficante Ismael “el Mayo” Zambada. Cabe señalar que el senador pertenece a Morena, el partido del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con el periodista Óscar Balmen, quien tuvo acceso a documentos secretos de una indagatoria que llevó a cabo la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en cuya portada estaba el nombre del senador Enríquez Herrera, quien aspiraba a ser gobernador de Durango, estado que junto con Sinaloa y Chihuahua forman parte del llamado “triángulo dorado”, la tierra de ensueño de los narcotraficantes y la tierra que vio nacer a Joaquín “el Chapo” Guzmán.
“El documento, en poder de este reportero y verificado con fuentes de las Fuerzas Armadas, relata una historia de complicidad criminal que atraviesa a los partidos de oposición y llega hasta al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador. Nadie se salva”, afirma el periodista en un hilo de Twitter, donde da detalles de la investigación.
Además subrayó que antes de ser senador, José Ramón Enríquez Herrera fue alcalde y durante una reunión posterior a su triunfo electoral, él mismo contó a sus rivales que “su compadre” le financió la campaña. ¿Pero quién era su compadre? Pues se trataba de Gerardo Soberanes Ortiz, “el G-1”, operador de una familia identificada como Cabrera Sarabia, socia del Mayo Zambada, uno de los principales líderes del Cártel de Sinaloa.
Lo anterior fue narrado por una mujer que responde al nombre de Alma Leticia Reyes Guerra, quien fue alcaldesa y asistió a la reunión que había convocado José Ramón Enríquez Herrera.
La Opinión