El gobierno del presidente ultraderechista Javier Milei eliminó la Agencia Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de Argentina y despedirá a más de sus 3.000 empleados como parte de su plan de achicamiento del Estado y alivio de la presión fiscal.
“La Argentina de la voracidad fiscal se terminó”, anunció el lunes el portavoz de la presidencia, Manuel Adorni. “La administración del presidente Milei trabaja para ir hacia un país libre, sin AFIP… y sin ningún otro organismo que cercena la libertad de los argentinos de bien”.
La AFIP será reemplazada por la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), “con una estructura simplificada”, aclaró Adorni.
Esto implicará una reducción del 45% los cargos de autoridades superiores y 31% de los niveles inferiores de la actual estructura, sumado al despido de unos 3.100 empleados que, según Adorni, ingresaron durante el último gobierno de centro-izquierda de Alberto Fernández (2019-2023).
Con estas medidas, el gobierno calculó un ahorro 6.400 millones de pesos argentinos al año, equivalentes a 6,4 millones de dólares.
Milei, un economista ultraliberal que asumió en diciembre, llegó al poder prometiendo pasar la “motosierra” sobre el Estado y a los gastos de la “casta política”, como denomina a los políticos de los partidos tradicionales, con el objetivo de terminar con el déficit fiscal, que según él es causante de la inflación que acosa al país sudamericano desde hace casi dos décadas.
Tras el anuncio oficial de disolución de AFIP, la oficina del presidente destacó que “de esta manera, el Gobierno Nacional destruirá los circuitos corruptos, eliminará privilegios del pasado y optimizará la gestión pública”.
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