“Lo más probable es que la reforma de pensiones termine siendo una bomba de tiempo. No la vemos ahora, pero en 20 años sí lo vamos a lamentar”, cree Carlos Ramírez, expresidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR).
El economista mexicano se refiere a un proyecto de ley, presentado a principios de abril por diputados del partido oficialista Morena, para crear el Fondo de Pensiones del Bienestar, con el que se pretende complementar las pensiones de algunos trabajadores, que podrían cobrar el cien por ciento de su último sueldo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró la aprobación de la reforma esta semana en la Cámara de Diputados, y aseguró que el fondo beneficiará a 28 millones de trabajadores del sector público y privado.
“Claro que se necesita una reforma”
Carlos Ramírez, socio de Integralia Consultores, explica a DW que, pese a importantes reformas en las últimas tres décadas, la transición demográfica desafía el sistema de pensiones mexicano.
“Seguimos con muy baja cobertura, con un problema de financiamiento muy serio, que se va a agravar en las siguientes décadas por el envejecimiento poblacional, y con problemas de bajas pensiones, en general. Claro que se necesita una reforma, hay que atender estos tres grandes problemas”, subraya Ramírez.
Financiamiento “incierto”
Sin embargo, el experto critica que, mientras la propuesta promete mejorar las pensiones, está agravando el problema del financiamiento futuro de las mismas: “Está tapando un ‘hoyo’ o reduciendo un problema, pero amplificando otro, porque en el futuro esto va a costar mucho dinero y de dónde va a salir el dinero es muy incierto”.
Inicialmente, el gobierno planea destinar al Fondo de Pensiones del Bienestar cerca de 40.000 millones de pesos, provenientes de las cuentas inactivas en las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores).
“Es muy dudoso que ese sea un mecanismo sostenible de financiamiento”, observa Ramírez, quien teme que no haya suficiente dinero para los trabajadores que se van a jubilar de manera masiva dentro de 15 o 20 años.
¿Un fondo sostenible?
También Diego Díaz, coordinador de finanzas públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), duda que las fuentes de financiamiento mencionadas en la iniciativa sean sostenibles en el largo plazo, por ejemplo, las utilidades de proyectos estatales como el Tren Maya, Mexicana de Aviación o el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
“Es probable que ni siquiera tengan utilidades”, apunta en declaraciones a DW, y aclara que otros ingresos para el fondo, como los derivados de la venta de ciertos bienes inmuebles, solo se van a percibir en una única ocasión.
“Nos preocupa que, ante la debilidad de las fuentes de financiamiento, el gobierno federal podría verse tentado a realizar aportaciones discrecionales al fondo, y que podría terminar distrayendo presupuesto para otras áreas como salud, educación, seguridad, inversión pública o protección al medio ambiente”, destaca el coordinador de finanzas públicas del IMCO.
Tasa de reemplazo topada
Por su parte, Alejandra Macías, directora ejecutiva del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), explica a DW que la tasa de reemplazo, es decir la cantidad de la pensión que reciben los trabajadores, va a ser del cien por ciento, pero con un tope equivalente al ingreso mensual promedio del Instituto Mexicano del Seguro Social, que este año es de unos 16.000 pesos.
Asimismo, la economista insiste en que las cuentas inactivas, la principal fuente de financiamiento del nuevo fondo, solo representan un 0,06 por ciento de todos los recursos de las cuentas de las Afores.
Se calcula que, en 2024, unas 9.000 personas podrían beneficiarse de la iniciativa y, conforme vaya creciendo, podrían ser unos dos millones hasta 2050, señala Macías: “Comparado con todo el universo de pensionados, son pocos, y no estamos arreglando el problema de pensiones que tenemos, que es bastante grande”.
A Carlos Ramírez, de Integralia Consultores, le preocupa, además, “que haya un daño reputacional al Sistema de Ahorro para el Retiro, porque se están generando falsas expectativas que no se van a poder cumplir”.
Por último, el especialista del IMCO Diego Díaz hace hincapié en que la iniciativa, que se presentó el 4 de abril, podría aprobarse esta semana: “Estamos hablando de unas tres semanas en las que no se realizó una discusión con base en evidencia, a partir de datos duros, que permita entender las implicaciones para los trabajadores, las finanzas públicas y para las mismas Afores. Es preocupante que una iniciativa de esta naturaleza se apruebe en fast track”.
(ers)
Autor: Viola Traeder
DW