Meta ha acordado pagar 25 millones de dólares para resolver una demanda presentada por el presidente Donald Trump contra la compañía después de que suspendiera sus cuentas en Facebook e Instagram tras el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, según medios estadounidenses. De esa cantidad, 22 millones se destinarán a un fondo para una biblioteca presidencial de Trump, mientras que el resto servirá para cubrir los gastos legales y compensaciones a otras partes del caso.

El abogado de Meta, de la firma Kirland & Ellis, ha registrado un escrito en el juzgado anunciando la existencia del pacto: “Escribo para informar al Tribunal de que las partes han llegado a un acuerdo para conciliar las demandas individuales de los demandantes y resolver este asunto. Las partes presentarán una estipulación conjunta de desestimación con indemnización en los próximos días”, indica escuetamente.

Es el último caso de una gran compañía que resuelve un litigio con el presidente, que ha amenazado con represalias a sus críticos y rivales, y se produce cuando Meta y su fundador y consejero delegado, Mark Zuckerberg, se han unido a otras grandes empresas tecnológicas para tratar de congraciarse con el republicano. La cadena de televisión ABC News y su presentador estrella, George Stephanopoulos, acordaron pagar 15 millones de dólares a Trump, destinados también al fondo para su biblioteca. El republicano también demandó a CBS News, filial de Paramount Global, por editar la entrevista que realizó a Kamala Harris durante la campaña de las presidenciales, alegando que era una forma de interferencia electoral.

En su día, también demandó a Twitter y a YouTube, propiedad de Google, por la suspensión de sus cuentas. La red de mensajes restauró la cuenta de Trump en noviembre de 2022, poco después de ser adquirida por Elon Musk, mientras que YouTube la recuperó en marzo de 2023.

Zuckerberg, de 40 años, se ha alineado en los últimos meses con el trumpismo. Decidió suprimir la verificación de contenidos y dejar que los bulos circulasen libremente por sus redes sociales, como ya hacen en X y TikTok. También eliminó sus políticas de diversidad, igualdad e inclusión en favor de las minorías, una práctica puesta en la diana por Trump y sus aliados.

Tras las elecciones de noviembre, los gestos se sucedieron. Acudió a finales de ese mes a Mar-a-Lago, la mansión del presidente electo en Palm Beach (Florida) para rendirle pleitesía. Decidió donarle un millón de dólares para los gastos de la transición de poder. El antiguo viceprimer ministro británico Nick Clegg, encargado de los asuntos regulatorios y las relaciones institucionales, anunció su dimisión y Zuckerberg puso al frente de las responsabilidades regulatorias y de relaciones institucionales a Joel Kaplan, un ejecutivo con estrechos lazos con los republicanos que llevaba en la compañía desde 2011 y ejercía como número dos de Clegg.

Después, fichó como consejero de Meta a Dana White, consejero delegado de Ultimate Fighting Championship (UFC), organizadora de torneos profesionales de artes marciales, amigo y aliado de Trump desde que el magnate dio acogida a sus combates en su complejo de Atlantic City, cuando la lucha libre, a la que el presidente electo es gran aficionado, estaba de capa caída.

A continuación, llegaron los cambios en su política de contenidos. Eliminar la verificación por terceros es solo una parte de los mismos. También aumentó la tolerancia frente al discurso de odio. En sus explicaciones en Instagram, Zuckerberg dijo que Meta eliminaba “las restricciones sobre temas como la inmigración y el género que están fuera de sintonía con el discurso dominante”, citando “las recientes elecciones” como catalizador.

Una suspensión de dos años

Meta reactivó en febrero de 2023 las cuentas de Trump en Facebook e Instagram tras una suspensión de dos años a raíz de sus mensajes de apoyo a quienes asaltaron al Capitolio del 6 de enero de 2021. Meta ya había anunciado un mes antes que reactivaría los perfiles del expresidente. Los perfiles de Trump en ambas redes volvieron con todos sus seguidores activos.

Tras su exclusión de Twitter, Facebook e Instagram, Trump se refugió en su propia red social, Truth, de la que es el principal accionista. Truth Social, pertenece a Trump Media & Technology Group (TMTG), de la que Trump es fundador y principal accionista.

Meta suspendió indefinidamente las cuentas de Facebook e Instagram del también entonces presidente después de que el 6 de enero de 2021 elogiara a los violentos en el Capitolio. El Consejo de Supervisión, un órgano de expertos independientes, confirmó la decisión, pero criticó su carácter indefinido y la falta de criterios claros sobre cuándo se restablecerían las cuentas suspendidas. A raíz de ello, Meta limitó la suspensión a dos años a partir de la fecha de la decisión original, el 7 de enero de 2021, y dijo que antes de tomar cualquier decisión sobre si levantarla o no, evaluaría si el riesgo para la seguridad pública había disminuido. Llegado el momento, consideró que el riesgo había desaparecido.