La líder opositora venezolana María Corina Machado dijo el jueves que se mantiene bajo resguardo por temor por su vida y libertad, ante la escalada de ataques de las autoridades de Venezuela que han pedido su detención y la han acusado de delincuente y fascista, tras las insistentes quejas de la oposición por la falta de transparencia en los resultados de las elecciones que dieron la victoria a Nicolás Maduro.

Machado y el candidato opositor, Edmundo González —que reclaman haber ganado las elecciones del domingo pese a lo anunciado por el Consejo Nacional Electoral—, tuvieron su última aparición pública el martes en un acto masivo con sus simpatizantes en las calles de Caracas. Desde entonces, no se les ha vuelto a ver.

La líder opositora firmó el jueves un artículo de opinión en el diario estadounidense The Wall Street Journal en el que asegura haberse puesto a resguardo por miedo. “Escribo esto desde la clandestinidad, temiendo por mi vida, mi libertad y la de mis compatriotas de la dictadura liderada por Nicolás Maduro”, recogió el texto.

La oficina de prensa de la opositora confirmó que se ecuentra bajo resguardo, pero no ofreció más detalles.

Un día antes, el presidente Nicolás Maduro la acusó en una rueda de prensa de promover las protestas que se desataron luego que el Consejo Nacional Electoral proclamó la victoria de Maduro en los comicios, la acusó de “terrorista” y la pidió que “haya justicia justa”.

En los días anteriores, ante los reclamos de la oposición y la presión de varios países y organizaciones internacionales por falta de transparencia en los resultados electorales, Maduró la acusó de delincuente y de fascistas. Otras autoridades venezolanas instaron además a que tanto Machado como el candidato González sean detenidos.

“La señora Machado, ¿dónde está? ¿Por qué se esconde? ¿Por qué no da la cara ante tanta tropelía, tanta violencia?”, afirmó el miércoles el mandatario venezolano en una conferencia de prensa.

La AP solicitó al equipo de González una reacción sobre las afirmaciones de Machado pero no hubo comentarios de momento. Varios de sus colaboradores de campaña han sido detenidos en los meses previos; el último el dirigente opositor Freddy Superlano el martes tras las elecciones.

Poco después, Machado publicó un vídeo en su cuenta de X, antes Twitter, en donde convocó para el sábado por la mañana a una movilización “en todas las ciudades de Venezuela”.

Por las protestas que iniciaron el lunes en Caracas y otros puntos del país, más de 1.000 personas han sido detenidas, según la fiscalía, y, de acuerdo con la organización Foro Penal, ha habido al menos 11 muertos.

A las movilizaciones se fueron sumando numerosos pronunciamientos de países del continente americano, como Estados Unidos, Argentina o Chile, así como entes como la Organización de Estados Americanos y observadores como el Centro Carter, para reclamar a las autoridades venezolanas que publique las actas desglosadas por mesa con los datos de la votación y que permitan una verificación independiente de los resultados.

Maduro, que buscaba la reelección para un tercer mandato de seis años, fue declarado ganador el domingo por el Consejo Nacional Electoral sin que se dieran a conocer los detalles de la votación. La web del CNE lleva caída desde al menos el lunes.

Ante la presión, el presidente Maduro solicitó el miércoles al Tribunal Supremo del país que se encargue de realizar un peritaje al proceso electoral. Ese cuerpo judicial anunció el jueves que admitía la petición y convocó a declarar para el viernes en la tarde al mandatario, al opositor González y los demás candidatos.

Los reclamos por mayor transparencia llegaron también de países aliados, como Colombia, Brasil o México que se implicaron además con esfuerzos diplomáticos para convencer a Maduro de que libere la información electoral.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, insistió el jueves en la no injerencia en los resultados de las elecciones presidenciales de Venezuela, que están bajo numerosos cuestionamientos internacionales.

“No es un gobierno extranjero el que debe decidir quién es el presidente de Venezuela”, publicó Petro en su cuenta de la red social X, antes Twitter.

La declaración se dio en respuesta a Machado, quien ha denunciado un presunto fraude en los comicios controvirtiendo las cifras divulgadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano —controlado por el oficialismo— que dan como ganador a Nicolás Maduro con 51% de los votos frente a 44% del opositor Edmundo González.

Para Petro, un cercano aliado de Maduro, a los venezolanos les corresponde alcanzar un “acuerdo político para que cese la violencia en su país y establecer la forma transparente como se pueda adelantar un escrutinio con garantías para todos”.

Machado respondió al presidente colombiano por la misma red social que el “pueblo de Venezuela ya decidió” y lo instó a consultar más del 80% de las actas electorales que la oposición dice tener en su poder y según las cuales González habría ganado las elecciones.

Al llegar al poder hace dos años Petro restableció las relaciones diplomáticas con Venezuela, reconociendo a Maduro como el presidente legítimo de ese país. Su antecesor, Iván Duque (2018-2022) fue un duro crítico de Maduro y se unió al grupo de países que reconocían al líder opositor Juan Guaidó como mandatario.

Colombia se abstuvo de votar la víspera una resolución de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que instaba a la autoridad electoral de Venezuela a publicar de inmediato los resultados de la votación. Argumentó que no considera a la OEA como el escenario correspondiente para abordar los temas relativos a Venezuela, país que se retiró unilateralmente del organismo.

Los presidentes de México, Brasil y Colombia tienen previsto mantener una llamada el jueves para abordar la situación en Venezuela, anunció por la mañana el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador.

“Vamos a platicar sobre las posturas que se tienen en el caso de Venezuela”, dijo. “Nosotros hemos actuado con prudencia para no meternos en un asunto que corresponde fundamentalmente a los venezolanos”.

López Obrador reiteró que lo que plantea México es “primero, que no haya violencia; segundo que se respete la voluntad de los venezolanos; tercero, que se presenten las pruebas, las actas de resultado electoral; y cuarto, que no haya injerencismo”.

Según el mexicano, que volvió a arremeter contra la OEA, hay que dar confianza a las autoridades venezolanas. Maduro ya planteó “que van a entregar las actas” y deberá probar si, somo dijo, hubo un sabotaje, pero ahora corresponde al tribunal electoral “escuchar a todos, recopilar todas las actas” y pronunciarse, agregó López Obrador.

También Bolivia se pronunció el jueves sobre la situación en Venezuela, con un mensaje de respaldo al gobierno. Rechazó “enérgicamente los intentos de golpes de Estado” en contra del presidente Nicolás Maduro y “los planes de sustituir la voluntad del pueblo venezolano expresada democráticamente en las urnas el pasado domingo 28 de julio”, según un comunicado de la Cancillería boliviana.

Por su parte, el presidente panameño José Raúl Mulino dijo el jueves que teme que ante la actual situación en Venezuela aumente el flujo de migrantes de ese país que cruzan la selva del Darién, en la frontera con Colombia.

“Tenemos un problema de migración sin duda alguna. El 66% del problema en Darién son venezolanos. Esperamos que no aumente (la migración), pero la lógica indica que sí puede aumentar”, dijo Mulino en una conferencia de prensa.

Desde 2014 unos 7,7 millones de venezolanos han abandonado el país, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), huyendo de la crisis económica y el deterioro social. Ese flujo se incrementó en los últimos años.

Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.