El domingo, cuando los talibanes tomaron el control de Kabul, la capital afgana, un portavoz del grupo subió cinco videos a su canal oficial de YouTube. Los videos, de entre dos y tres minutos de duración cada uno, mostraban a los líderes talibanes felicitando a los combatientes por sus victorias.
“Ahora es el momento de servir a la nación y darle paz y seguridad”, decía en un video el mulá Abdul Ghani Baradar, uno de los cofundadores de los talibanes, en pastún, sentado frente a funcionarios de alto nivel en un despacho con cortinas.
Decenas de nuevas cuentas protalibanes que habían surgido en Twitter en los últimos días compartieron los cinco videos. En 24 horas, habían sido vistos más de 500.000 veces.
Los videos formaron parte de un esfuerzo de los talibanes por establecer su autoridad y legitimar su dominio en todo Afganistán mediante el uso de las redes sociales, según los investigadores. Sin embargo, al publicar en Facebook y YouTube, los talibanes desafiaron las que han sido prohibiciones de las plataformas durante mucho tiempo. Las empresas de redes sociales, siguiendo las directrices del gobierno, en su mayoría consideran que los talibanes son una organización terrorista y no permiten contenido de este grupo en sus sitios.
La presencia renovada de los talibanes en las redes sociales ha puesto a Facebook, Twitter y YouTube en una situación delicada. Los gobiernos de todo el mundo están tratando de decidir si reconocen de manera oficial a los talibanes como gobernantes de Afganistán, por lo que las empresas no tienen respuestas fáciles sobre si deben seguir prohibiendo el grupo en internet.
Esto ha suscitado críticas, ya que en los últimos meses las empresas tecnológicas han suspendido las cuentas de algunos legisladores republicanos y de otras personas, al parecer con mayor facilidad. Facebook y YouTube eliminaron el martes las cuentas de un portavoz talibán, Mohammad Naeem, solo después de que The New York Times solicitara comentarios sobre las cuentas. Las empresas no abordaron por qué las cuentas, que se crearon en septiembre, habían estado en sus plataformas incluso con la prohibición del grupo.
“Hasta ahora, el enfoque de las empresas tecnológicas no es muy eficaz”, comentó Ayman Aziz, un investigador independiente que ha estudiado Afganistán y Pakistán durante más de una década. “Los talibanes están estableciendo una nueva presencia, con su nuevo régimen, en internet”.
Representantes de YouTube y Facebook dijeron que prohibieron las cuentas de los talibanes y las eliminaron cuando las encontraron. Twitter, que esta semana declaró que prohíbe la apología de la violencia en su plataforma, no respondió a una solicitud de comentarios.
Es probable que la pregunta sobre qué permitir en línea a los talibanes no haga más que aumentar para las empresas de redes sociales. Desde el 9 de agosto, se crearon en Twitter y Facebook más de cien cuentas y páginas nuevas que dicen pertenecer a los talibanes o que apoyan su misión, según un análisis del Times. Este diario también encontró decenas de cuentas protalibanes, incluso de altos funcionarios talibanes, que existían desde hace meses o años en los sitios y que estaban inactivas antes de volver a la actividad en la última semana.
Muchas de las cuentas trabajan ahora de manera conjunta para publicar videos, imágenes y consignas sobre el gobierno talibán. A menudo, se copian unos a otros los mensajes, para difundir el debate sobre la administración de los municipios locales y diseminar las afirmaciones de que los talibanes trajeron la paz a los afganos. El hilo conductor de toda la actividad: alabar a los talibanes como legítimos gobernantes de Afganistán.
“El uso de las redes sociales por parte de los talibanes es intencionado”, afirmó Graham Brookie, director del Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council, que estudia la difusión de información en línea. “Saben que en la arena mundial necesitan presentar una cara pública responsable para ganar más legitimidad”.
Las tácticas de los talibanes en las redes sociales se parecen cada vez más a las de otros grupos terroristas que han intentado renovar su reputación, según los investigadores. El grupo Hamás, que controla la Franja de Gaza, y Hezbolá, en el Líbano, han utilizado las redes sociales para mostrar su lado más amable, con videos donde se ve a sus integrantes celebrando fiestas populares o haciendo donaciones a los pobres.
Las publicaciones de los talibanes no tardaron en encontrar una audiencia creciente. Los seguidores de sus páginas oficiales de Facebook aumentaron un 120 por ciento, hasta superar los 49.000 usuarios el miércoles. En YouTube, los videos del grupo comenzaron a recibir decenas de miles de vistas, en comparación con un promedio de menos de 1000 visualizaciones anteriores.
Brookie comentó que Facebook, YouTube y Twitter difícilmente quedarán bien, hagan lo que hagan, debido a la reputación de ideología extremista de los talibanes.
“Hay un debate muy real sobre los valores de permitir que los talibanes permanezcan en las redes sociales mientras actúan para limitar los derechos de los grupos que gobiernan”, dijo.
Dentro de las empresas, Facebook ha activado en los últimos días un equipo de respuesta de emergencia para dar seguimiento a la situación en Afganistán y evaluar el uso que los talibanes hacen de sus productos, incluida su aplicación de mensajería WhatsApp, según empleados de la red social. Según empleados que participaron en las discusiones internas de las empresas, Twitter y YouTube han tratado de leer entre líneas los cables diplomáticos de los líderes mundiales sobre si el gobierno de Estados Unidos formaría una relación de facto con los talibanes.
Sin embargo, aun cuando las empresas eliminen las cuentas de los talibanes, las prohibiciones han sido laxas. Cuando Facebook bloqueó esta semana la cuenta de WhatsApp de Zabiullah Mujahid, un portavoz talibán, este distribuyó entre los periodistas una nueva cuenta de WhatsApp aún activa de otro líder talibán.
Los talibanes también evitan ser descubiertos con facilidad al cambiar la forma de escribir sus etiquetas o términos clave y utilizar aplicaciones encriptadas, como Telegram y WhatsApp, para sembrar sus mensajes y pedir a voluntarios que traduzcan los mensajes de las redes sociales a varios idiomas, comentó Aziz.
Para agravar las dificultades a las que se enfrentan las plataformas, muchas de las nuevas cuentas protalibanes han tenido la precaución de publicar contenidos que no hacen apología de la violencia o que incitan al odio, lo que violaría las normas de las empresas.
En Twitter, el 8 de agosto apareció una nueva cuenta con el nombre del estado no reconocido de los talibanes, el Emirato Islámico de Afganistán. La cuenta, con más de 400 seguidores, ha publicado dos videos que muestran maniobras militares de los talibanes. Sin embargo, ninguno de los dos videos contenía imágenes violentas o gráficas ni hacía llamados directos a la violencia.
El martes, en una conferencia de prensa en Kabul, se le preguntó a Mujahid sobre la libertad de expresión. Acusó a Facebook de ser hipócrita por promover la libertad de expresión mientras censura al grupo con la eliminación de las cuentas de los talibanes.
“Esta pregunta debería hacérsele a aquellos que declaran ser promotores de la libertad de expresión que no permiten la publicación de información extranjera”, declaró Mujahid.
The New York Times