Washington, 3 jul (EFE).- Mientras el Partido Demócrata debate si debería cambiar de candidato tras la debacle de Joe Biden en el primer debate presidencial de la carrera a la Casa Blanca, los republicanos y Donald Trump afrontan una campaña con menos escollos y aseguran estar listos para cualquier escenario.
Expertos, medios de comunicación y varias voces del propio Partido Demócrata han reconocido en los últimos días que la actuación de Biden del pasado jueves no fue buena y que es necesario reflexionar, pese a lo ajustado del calendario, sobre la conveniencia de cambiar in extremis de aspirante.
¿Cómo responderá la campaña de Trump y qué harán si los demócratas optan por cambiar de rumbo drásticamente y jubilar al presidente, de 81 años?
“A quien corresponde resolver el problema en que están metidos es a los demócratas. Nosotros, los republicanos, estamos listos para enfrentar cualquiera que sea el escenario que ellos decidan ponernos”, apuntó a EFE uno de los portavoces del Comité Nacional Republicano, Jaime Flórez.
Trump se sabe más favorito que nunca y es cierto que en el debate pudo verse una versión más comedida que de costumbre.
Los varios lapsus de Biden podrían haberle servido al republicano para hacer burlas más bravas, pero no fue más allá de una frase contundente, pero no agresiva, que acabó definiendo el encuentro: “Realmente, no sé lo que ha dicho al final de esa frase y no creo que él tampoco lo sepa”, afirmó tras una confusa respuesta del demócrata.
Según desvelaron medios estadounidenses como la CNN, organizadora del duelo, el equipo de campaña de Trump lo había alentado a alejarse de sus mensajes típicos y polémicos y centrarse en los asuntos que más le preocupan a la gente: la economía, el crimen y la inflación. También le recomendaron ser menos agresivo.
¿Cambiará Trump su dialéctica y su estrategia de aquí hasta el final de la campaña para atraer a los votantes indecisos mostrándose más moderado, tras su victoria en el debate?
Este es uno de los dos caminos que podría tomar, explica a EFE Fletcher McClellan, profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad de Elizabethtown.
“Podría ir a lo seguro, minimizando las apariciones públicas, las entrevistas con los medios y los tuits para reducir la posibilidad de cometer costosas meteduras de pata. O podría sentirse libre de decir lo que quiera cuando quiera, rematando el balón para celebrar la victoria”, afirma.
En su opinión, apostará por lo segundo porque, independientemente de los consejos que puedan darle, “le encanta la atención y la adulación”.
“Realmente no creo que vaya a cambiar su enfoque, podría haber ocasiones en las que parezca más presidencial, pero es más probable que se sienta más libre de ser él mismo y tiene demasiadas quejas como para mantenerse callado”, agrega.
La experta en Políticas Públicas Meena Bose, de la Universidad Hofstra, concuerda en que no cree que Trump vaya a cambiar enormemente. “Dada su personalidad y su relativo éxito en el debate, es poco probable que cambie su estilo de campaña de manera fundamental”, afirma a EFE.
Pero sí “parece decidido” a mantenerse en el mensaje antes mencionado y centrarse “en la economía, la inmigración, la ley y el orden y la posición de Estados Unidos en el mundo, para generar apoyo de los votantes”, sostiene.
Informaciones publicadas por medios como NPR confirman que esta será la estrategia y que para ello la campaña planea presentar una plataforma digital “simplificada” antes de la Convención Nacional Republicana de julio para poder dejar clara la visión de Trump y establecer un marco para la formulación de políticas.
“La campaña de Trump busca evitar el drama y la controversia no forzada”, afirmaba un memorando de sus asesores obtenido por este medio de comunicación.
Uno de los sucesos que sí cambiará la campaña es la decisión del Tribunal Supremo del lunes de concederle la inmunidad parcial por el caso del asalto al Capitolio de enero de 2021, que retrasará los procesos judiciales que tiene pendientes.
“Significa casi con certeza que Trump no enfrentará otro juicio penal antes de las elecciones de noviembre y si es elegido potencialmente podría poner fin a la investigación por completo”, explica Bose.
Esto hará que el expresidente pueda enfocarse más en los mencionados mensajes y que pueda estar más presente en la campaña en lugar de interrumpirla para tener que ir a un juzgado.
Paula Escalada Medrano
(c) Agencia EFE