Las tres mayores naciones con selva tropical del mundo, Brasil, la República Democrática del Congo e Indonesia, lanzaron formalmente el lunes una asociación para cooperar en la conservación de los bosques, tras una década de conversaciones intermitentes sobre una alianza trilateral.
Reuters informó en agosto que Luiz Inácio Lula da Silva, elegido presidente de Brasil a finales de octubre, buscaría asociarse con los otros dos países con más selva tropical para presionar al mundo rico para que financie la conservación de los bosques.
La rápida destrucción de las selvas tropicales, que por su vegetación densa sirven de sumideros de carbono, libera dióxido de carbono que calienta el planeta, poniendo en peligro los objetivos climáticos globales. La repoblación de la selva previamente deforestada tiene la ventaja de eliminar los gases de efecto invernadero que ya están en la atmósfera.
Del “cero neto” a “mitigación”, estos son los términos con los que se discute sobre el cambio climático
Representantes de los tres países, que tienen en conjunto el 52% de la selva tropical del mundo, firmaron la declaración conjunta en las conversaciones celebradas en Indonesia antes del G20 que comienza el martes.
“La cooperación de sur a sur —Brasil, Indonesia, República Democrática del Congo— es muy natural”, dijo la ministra de Medio Ambiente de la República Democrática del Congo, Eve Bazaiba, antes de la firma.
“Tenemos los mismos retos, la misma oportunidad de ser la solución al cambio climático”.
En el acuerdo, la alianza dijo que los países deben ser remunerados por reducir la deforestación y mantener los bosques como sumideros de carbono.
El vínculo entre la selva tropical y la seguridad climática
Los países también trabajarán para negociar “un nuevo mecanismo de financiación sostenible” para ayudar a los países en desarrollo a preservar su biodiversidad, así como para aumentar la financiación a través del programa REDD+ de Naciones Unidas para reducir la deforestación.
Las conversaciones del G20 coinciden con la segunda y última semana de la cumbre climática de las Naciones Unidas COP27 en Egipto, donde la asesora ambiental de Lula, Izabella Teixeira, dijo que Brasil buscará la participación de otros países en la cuenca amazónica, que abarca nueve naciones.
“Los bosques importan, la naturaleza importa. Y creo que sin la protección de la Amazonía no podemos tener seguridad climática”, dijo Teixeira, que fue ministra de Medio Ambiente de Lula durante su anterior mandato como presidente, que terminó en 2010.
“Creo que Brasil debe promover que otros países se unan”.
Las conversaciones sobre la alianza para proteger la selva tropical habían fracasado hasta ahora debido a “dificultades institucionales”, dijo Teixeira.
La declaración conjunta citó una reunión de los tres países en la cumbre del clima del año pasado en Glasgow, que dio impulso a las conversaciones.
El diálogo llega a buen puerto en las últimas semanas de la presidencia derechista de Jair Bolsonaro, antes de que Lula asuma el cargo el 1 de enero.