La NASA y la agencia espacial de Francia pusieron en órbita el viernes un satélite que cartografiará casi todos lo océanos, lagos y ríos del mundo.
El lanzamiento, realizado antes del amanecer a bordo de un cohete SpaceX desde la Base Vandenberg de la Fuerza Espacial en California, corona un año de éxitos para la NASA.
El satélite, apodado SWOT — las siglas de Surface Water and Ocean Topography —, es más necesario que nunca a medida que el cambio climático empeora las sequías, las inundaciones y la erosión de la costa, según los científicos. El inicio de la misión fue aplaudido en los centros de control de California y Francia.
“Este es un momento crucial y estoy muy emocionada”, indicó la científica del programa de la NASA Nadya Vinogradova-Shiffer. “Vamos a ver el agua de la Tierra como nunca antes”.
Con el tamaño aproximado de una camioneta, el satélite medirá el nivel del agua en más del 90% de la superficie del planeta, lo que permitirá a los científicos seguir los flujos e identificar posibles zonas de alto riesgo. Además, estudiará millones de lagos y 2,1 millones de kilómetros (1,3 millones de millas) de ríos.
El satélite enviará pulsos de radar a la Tierra, cuyas señales rebotará y serán recibidas por un par de antenas ubicadas a ambos extremos de un brazo de 10 metros (33 pies).
Debería poder detectar corrientes y remolinos de menos de 21 kilómetros (13 millas) de diámetro, además de zonas del océano donde se mezclan aguas con distintas temperaturas.
Ninguno de los casi 30 satélites de observación de la flota actual de la NASA puede distinguir fenómenos tan pequeños. Y aunque los más viejos pueden cartografiar la extensión de ríos y lagos, sus medidas no son tan detalladas, explicó Tamlin Pavelsky, de la Universidad de Carolina del Norte, quien forma parte de la misión.
Lo más importante quizás sea que el satélite revelará la ubicación y la velocidad del aumento del nivel del mar y los cambios en las costas, algo crucial para salvar vidas y propiedades. Cubrirá el globo entre el Ártico y la Antártida al menos una vez cada tres semanas mientras orbita a más de 890 kilómetros (550 millas) de altura. Se espera que la misión dure tres años.
La NASA y el Centro Nacional de Estudios Espaciales francés colaboraron en el proyecto SWOT, de 1.200 millones de dólares y 20 años de duración, al que se sumaron Gran Bretaña y Canadá.
Ya reciclado, el propulsor de primera fase regresó a Vandenberg ocho minutos después del despegue y volverá a utilizarse en el futuro.
Este es el último hito de la NASA este año. Entre sus mejores momentos están las glamurosas imágenes del universo tomadas por el Telescopio Espacial Webb, el impacto de la cápsula Dart contra un asteroide en la primera prueba de defensa planetaria y el regreso de la cápsula Orion tras un vuelo de prueba a la Luna.
Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.