Por Marina Villeneuve – The Associated Press
La nueva gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, reconoció en su primer día en el cargo que hubo 12,000 muertes más por COVID-19 de las que hasta ahora aparecían en los datos publicados por su predecesor, Andrew Cuomo.
Según los certificados de defunción enviados a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), en Nueva York han muerto cerca de 55,400 personas por el coronavirus, frente a las cerca de 43,400 que el exgobernador había comunicado hasta el lunes, su último día al frente del Gobierno estatal.
“Ahora estamos dando a conocer más datos de los que se habían dado a conocer antes públicamente, para que la gente sepa que las muertes en los hogares de ancianos y las muertes en los hospitales son consistentes con lo que están mostrando los CDC”, dijo Hochul al canal de televisión MSNBC.
“Hay muchas cosas que no estaban ocurriendo y voy a hacer que ocurran. La transparencia será el sello de mi Administración”, aseguró.
El recuento utilizado por Cuomo en sus sesiones informativas a los medios de comunicación sólo incluía las muertes por COVID-19 confirmadas por pruebas de laboratorio y comunicadas a través de un sistema estatal que recoge datos de hospitales, residencias de ancianos y centros de atención a adultos.
Ese recuento excluyó a las personas que murieron en casa, en centros de cuidados paliativos, en prisiones estatales o en hogares estatales para personas con discapacidad. Y a ciudadanos que probablemente murieron de COVID-19 pero que no se hicieron una prueba que confirmara el diagnóstico.
Esa cifra inferior seguía apareciendo en la actualización diaria publicada por Hochul el martes, pero con una explicación sobre por qué es un recuento incompleto.
“Hay muertes presuntas y confirmadas. La gente debería saber ambas cosas”, señaló la gobernadora a la radio NPR. “Además, a partir de ayer [por martes], estamos utilizando las cifras de los CDC, que serán consistentes. Así que no hay posibilidad de enmascarar esas cifras, ni quiero enmascararlas. El público merece una imagen clara y honesta de lo que está ocurriendo. Y eso, sea bueno o malo, necesitan saber la verdad”, declaró.
Los críticos de Cuomo llevaban tiempo acusándole de manipular estadísticas para reforzar su imagen de liderazgo en la gestión de la pandemia.
La Fiscalía federal lanzó una investigación que examinaba su manejo de datos sobre muertes de pacientes en residencias de ancianos, puesto que el estado minimizó esa cifra mediante la exclusión de los pacientes que fallecieron después de ser trasladados a hospitales.
El año pasado, el exgobernador usó esas cifras más bajas para afirmar erróneamente que en Nueva York había un porcentaje mucho menor de residentes de residencias de ancianos que morían a causa del COVID-19 que en otros estados.