Jerusalén, 19 ene (EFE).- La morbilidad en Israel sigue disparada pese a la masiva campaña de vacunación y el actual confinamiento nacional y ayer alcanzó un nuevo récord de contagios desde el inicio de la pandemia con más de 10.000 casos en un día.
El Ministerio de Sanidad israelí informó de 10.021 infecciones este lunes con una tasa de positividad del 10,2%. Además, alertó del aumento de la presión hospitalaria con 1.114 enfermos graves de COVID-19, de los que 277 están conectados a respiradores.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, cree que la rápida propagación del virus se debe a las mutaciones detectadas y adelantó que hoy el Gobierno debatirá la extensión del actual cierre, que debería terminar la medianoche de este jueves 21.
Este confinamiento, el tercero nacional, se endureció el día 8 de enero, con el cierre del sistema educativo y de toda actividad laboral no esencial, pero desde entonces se han registrado las cifras más altas desde marzo, hasta alcanzar hoy un nuevo máximo.
La comunidad ultraortodoxa, reacia a cumplir las medidas de distancia social contra el coronavirus, sigue registrando los índices de morbilidad más altos, y en zonas como Betar Ilit -colonia israelí en Cisjordania ocupada- llegan al 29% de positivos en las pruebas realizadas.
Mientras, el país continúa la campaña de vacunación más avanzada del mundo en la que más de 2.180.000 personas, de una población de alrededor de nueve millones, han recibido la primera dosis, y 420.000 han sido inoculados con la segunda.
Esta semana, Israel comenzó a administrar la vacuna a los mayores de 45 años y los centros de vacunación dan la opción de inocular a todo tipo de población al final de la jornada con las dosis sobrantes que no pueden volver a guardar.
Los estudios preliminares muestran un incremento de entre seis a veinte veces más de anticuerpos contra el patógeno a la semana de haber recibido la segunda dosis, informó Ynet tras el diagnóstico a cien vacunados de todo el país.