La inflación de Estados Unidos se resiste a bajar del 3%. Sin embargo, los precios cayeron en junio un 0,1%, dejando la tasa interanual en el 3,0%, frente al 3,3% del mes anterior, según los datos publicados este jueves por la oficina de Estadística Laborales, dependiente del departamento de Trabajo. Es, como pedía el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, un dato positivo que permite al banco central tener una mayor confianza en que la inflación se dirige de forma sostenible hacia el objetivo de estabilidad de precios del 2%. Eso, a la espera de indicadores adicionales de precios y del mercado laboral, allana el camino para que el comité de política monetaria del banco central baje los tipos de interés en septiembre por primera vez en cuatro años y medio.
Los analistas esperaban una subida de precios del 0,1% en el mes y que la tasa interanual se situase en el 3,1%, de modo que el dato supera las mejores expectativas. La caída mensual de los precios es la primera desde mayo de 2020, en plena pandemia. Por su parte, el 3% es la inflación más baja en un año, desde que esa cota se alcanzase en junio de 2023, antes de repuntar de nuevo. La caída del 3,8% de los precios de la gasolina explica la buena evolución. La caída mensual de los precios también es una buena noticia para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que busca la reelección en noviembre, aunque ahora mismo tiene problemas mayores que la inflación.
La medida de inflación preferida por la Reserva Federal es el índice PCE, un deflactor de los gastos de consumo personal. El dato de inflación PCE de junio se conocerá en unas semanas, pero su evolución mantiene una correlación clara con el índice de precios de consumo (IPC), que es el que se ha conocido este jueves. En mayo, la inflación PCE se situó en el 2,6%, más cerca del objetivo del 2%.
Las cifras de este jueves son positivas, aunque el retroceso del IPC general no se reproduce en el subyacente, que excluye los precios de la alimentación y la energía. Aun así, el dato también ha sido bueno, con un ascenso mensual del 0,1% que deja la tasa interanual en el 3,3%. Ese índice se encuentra por encima del general y sirve de recordatorio palmario de que la Reserva Federal no ha ganado aún la batalla.
El banco central de Estados Unidos ha aprobado las subidas de tipos de interés más agresivas desde la década de 1980 para hacer frente a la inflación más alta también desde entonces. La inflación marcó un máximo del 9,1% en junio de 2022 y desde ahí bajó en un año hasta el 3,0% de junio de 2023. Desde entonces, sin embargo, se ha enquistado y hasta repuntó por encima de ese nivel. Eso ha obligado a la Reserva Federal a mantener los tipos de interés altos durante más tiempo: están desde julio del año pasado en el rango del 5,25%-5,5%, su máximo en 23 años. Que vuelva al 3% es la mejor noticia que podía esperar el banco central este jueves.
Powell no tiene prisa por rebajar el precio del dinero, pero ha mostrado esta semana durante sus dos comparecencias en el Congreso de Estados Unidos su disposición a empezar a recortar los tipos de interés a poco que los datos de precios acompañen. “Los datos de inflación más recientes han mostrado algunos avances modestos, y más datos positivos reforzarían nuestra confianza en que la inflación avanza de forma sostenida hacia el 2%”, dijo tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.
Nadie cuenta con que haya un recorte en la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de finales de este mes, pero las cotizaciones de los futuros muestran que los inversores conceden una alta probabilidad a que los tipos bajen 0,25 puntos en la última reunión del verano, los días 17 y 18 de septiembre. Más aún, los inversores ven probable un segundo recorte en la reunión de diciembre, la última del año.
El mercado laboral ha dado síntomas de enfriamiento y Powell lo ha subrayado esta semana. Por eso, la confianza en que habrá recortes de tipos ha aumentado. “A la luz de los progresos realizados tanto en la reducción de la inflación como en el enfriamiento del mercado laboral en los dos últimos años, la inflación elevada no es el único riesgo al que nos enfrentamos”, indicó esta semana Powell a los congresistas. “Aflojar la política restrictiva demasiado tarde o demasiado poco podría debilitar indebidamente la actividad económica y el empleo”, añadió.
Hasta la reunión de septiembre faltan, en todo caso, algo más de dos meses, de modo que es posible que nuevos datos alteren la hoja de ruta de la Reserva Federal. Lo que Powell ha asegurado que no tendrá en cuenta son las consideraciones políticas. Que haya elecciones presidenciales el 5 de noviembre no influirá en el calendario de recorte de tipos, asegura.
El País