Historia de Romina Garcia
Tesla, la marca que lidera la revolución de los carros eléctricos bajo el mando de Elon Musk, enfrenta un dato alarmante que podría afectar su imagen y credibilidad: un reciente estudio revela que sus vehículos tienen la mayor tasa de accidentes mortales en Estados Unidos.
Este hallazgo, basado en datos de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) recopilados entre 2018 y 2022, ha encendido las alarmas tanto en la industria como entre los conductores.
Los datos de Tesla que preocupan a Elon Musk
El informe, realizado por iSeeCars, muestra que los Tesla registran 5,6 accidentes mortales por cada mil millones de millas conducidas, duplicando la media nacional de 2,8. Particularmente preocupante es el caso del Model Y, que acumula una tasa de 10,6 accidentes mortales, más del doble del promedio de 4,8 en su segmento. Este modelo ha estado involucrado en incidentes recientes de alto perfil, incluido un accidente fatal que dejó cuatro víctimas, presuntamente relacionado con un fallo en el sistema de apertura de puertas.
La empresa de Elon Musk ha sido reconocida por sus avances en seguridad, como lo demuestra la reciente calificación de “mejor seguridad en el segmento de lujo” otorgada al Model Y por el Instituto de Seguros para la Seguridad Vial. Sin embargo, los datos de accidentes reales pintan un panorama contradictorio. Según Karl Brauer, analista ejecutivo de iSeeCars, “los vehículos nuevos son más seguros que nunca”, pero señala que la tecnología no puede suplir los errores humanos, como la distracción o el exceso de velocidad, factores clave en los siniestros.
El problema del Autopilot de Tesla
El piloto automático de Tesla, una de las innovaciones más promocionadas por Musk, también enfrenta un escrutinio creciente. Aunque se presenta como un sistema avanzado de asistencia al conductor, muchas críticas apuntan a que la publicidad y las declaraciones de la compañía generan una falsa sensación de seguridad.
A pesar de las advertencias legales que exigen al conductor mantener las manos en el volante, algunos usuarios confían ciegamente en la tecnología, lo que puede derivar en decisiones peligrosas. Este sistema está bajo investigación criminal en Estados Unidos, aumentando la presión sobre la empresa.
Para Tesla y Elon Musk, este desafío no solo pone en juego la percepción pública de la marca, sino también el futuro de la conducción autónoma. Los datos reflejan una desconexión entre la promesa de seguridad y la realidad en las carreteras, un problema que la compañía debe abordar con urgencia si quiere mantener su liderazgo en el mercado y la confianza de sus clientes.