La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha aprobado este jueves por 216 votos a favor y 208 en contra un proyecto de ley presentado por los demócratas para hacer de Washington DC el estado número 51, aunque la igualada división del Senado hace difícil que pueda salir adelante.
El proyecto de ley argumentan que la capital estadounidense cuenta con una población de casi 706.000 habitantes, más que la de otros estados como Wyoming o Vermont, que tienen mayor representación en ambas cámaras de Estados Unidos, a diferencia de Washington, que no tiene siquiera derecho a voto en el Congreso.
El texto también señala que la ciudad paga más impuestos que una veintena de estados y tiene una renta per cápita mayor que la de cualquier otro territorio de Estados Unidos, según cifras de 2019 del Servicio de Ingresos Internos (IRS, por sus siglas en inglés), detalla la CBS.
En caso de que la propuesta cuente con luz verde en el Senado, Washington contará con dos representantes en esa Cámara y uno más en la de Representantes, además de poner a la Casa Blanca, el Capitolio y la Explanada Nacional, bajo control federal.
A diferencia de otras unidades de la Guardia Nacional, la de Washington DC no está bajo control local, pues no pertenece a ningún estado, y sólo puede ser movilizada por la Casa Blanca. Los congresistas estadounidenses partidarios de la propuesta creen que el asalto al Capitolio del 6 de enero podría haberse sofocado mucho antes si una entidad estatal hubiera actuado con la diligencia que, apuntan, no tuvo entonces su antiguo inquilino, Donald Trump.
UNA REIVINDICACIÓN QUE SE REMONTA AL ORIGEN DE EEUU
No es la primera vez que se intenta otorgar estatus de estado a la capital del país. Se trata de una cuestión que se remonta casi a los orígenes de la formación de Estado Unidos como nación, aunque sus partidarios más recientes se encuentran dentro de las filas del Partido Demócrata.
El año pasado fueron los demócratas quienes volvieron a apoyar en la Cámara de Representantes dicha propuesta, pero no logró el aval del Senado, controlado entonces por los republicanos, quienes saben que este movimiento les perjudicaría en el Congreso, ya que los tres nuevos escaños irían a parar a su rival, favorito entre los ciudadanos de Washington. En las pasadas elecciones el 92 por ciento los residente en la capital votó por Joe Biden.
Pese a que la situación en el Senado se ha igualado, 50-50, pero con la ligera ventaja de los demócratas que cuentan con el voto de calidad de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, en función de presidenta de la Cámara, las mayoría de las propuestas legislativas requieren al menos contar con 60 apoyos.
La propuesta no sólo deberá superar las reticencias de al menos diez republicanos –algunos como Mitch McConnell consideran que es “socialismo en todo regla”–, sino también la de algunos demócratas, que todavía no han firmado el documento de presentación previo a su votación en el Senado.
Para el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, los argumentos para negar la categoría de estado a Washington DC radica en la “intolerancia” de algunos, pues se trata de uno de los distritos con mayor diversidad de Estados Unidos, con un 46 por ciento de población negra.
“No debería tener que recordarles a mis colegas que es sorprendentemente inapropiado insinuar que las vidas, ocupaciones y derechos de los residentes de DC son de alguna manera menos que los sus conciudadanos en otras partes y casi siempre más blancas del país”, ha deslizado Schumer.
Por su parte, algunos en el Partido Republicano han propuesto incluir a la capital dentro de Maryland, aunque eso no le supondría a este estado contar con dos senadores más. Sin embargo, no es una proposición que guste especialmente en ninguno de los dos lugares, sobre todo en Washington, donde el referéndum de 2016 mostró que casi un 86 por ciento estaba a favor de lograr el estatus de estado.