PEKÍN, 15 ene (Reuters) – Desde reservas hoteleras canceladas antes del Año Nuevo Lunar hasta acero acumulado en las plantas siderúrgicas debido a las restricciones de transporte en la provincia de Hebei, la batalla de China contra una nueva ola de infecciones por COVID-19 empaña lo que ha sido una recuperación económica espectacular.
Los nuevos casos en China se encuentran en máximos de 10 meses, lo que provocó el confinamiento de 28 millones de personas en dos provincias e interrumpió la logística y la actividad industrial. Se espera además que millones de personas cancelen planes de viajes de vacaciones en un golpe a los esfuerzos de China para volver a encarrilar el consumo.
La economía de China se desplomó un inédito 6,8% en el primer trimestre del año pasado.
Gracias en parte a la creciente demanda mundial de productos electrónicos y equipos fabricados en China para protegerse del coronavirus, China parece ser la única economía importante que se expandirá en 2020, con un crecimiento esperado del 2,1%.
Dada la limitada propagación geográfica de los brotes y la mejora de las pruebas y la contención, los economistas no esperan nada que se acerque a una repetición de lo que sucedió en el primer trimestre del año pasado.
La demanda de fabricación y exportación sigue siendo sólida. Pero los economistas dicen que el consumo, que normalmente representa más de la mitad de la economía y se ha retrasado en la recuperación general, puede verse afectado.
Las autoridades han instado a las personas a no viajar durante la semana de vacaciones del Año Nuevo Lunar, que comienza el 11 de febrero y suele ser un momento para gastar en viajes, comida y regalos.
“El empeoramiento de la situación del coronavirus afectará la actividad económica, y es posible que los mercados deban moderar sus expectativas de una fuerte demanda de consumo reprimida en las próximas vacaciones”, escribieron los analistas de Nomura en una nota esta semana.
El brote y las medidas de distanciamiento social “añaden convicción” al pronóstico de Nomura de que las autoridades políticas moderarán los movimientos para aliviar el estímulo y desacelerar el crecimiento del crédito, y retrasarán los aumentos de tasas hasta 2022, dijo.
(Reporte de Sophie Yu, Kevin Yao, Min Zhang y Tony Munroe; Editado en español por Gabriela Donoso)