La primera llamada entre los presidentes de EE.UU., Joe Biden, y China, Xi Jinping, fue cordial, pero también un primer cruce de señalamientos.

Según un comunicado de la Casa Blanca, Biden felicitó a los chinos con motivo del Año Nuevo Lunar. Sin embargo, también fijó su postura frente temas que han generado conflicto entre ambos países en el pasado.

“El presidente Biden subrayó sus preocupaciones fundamentales sobre las prácticas económicas coercitivas e injustas de Pekín, la represión en Hong Kong, los abusos de los derechos humanos en Xinjiang y las acciones cada vez más autoritarias en la región, incluso hacia Taiwán”, informó la Casa Blanca.

El mandatario estadounidense “afirmó sus prioridades de proteger la seguridad, prosperidad, salud y estilo de vida del pueblo estadounidense, y preservar una región Indo-Pacífico libre y abierta”.

Estados Unidos ha criticado la represión contra manifestantes prodemocracia en Hong Kong, ha denunciado un “genocidio” contra la etnia musulmana uigur en Xinjiang, así como las amenazas a la soberanía de Taiwán.

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Además, la guerra comercial emprendida por Trump llevó a que las relaciones entre ambos países se situaran en su nivel más bajo en décadas.

La confrontación sería un “desastre”
La llamada también fue reseñada en la prensa estatal china.

Xi felicitó una vez más a Biden por su toma de posesión como presidente de los Estados Unidos, informó la agencia Xinhua.

Pero también señaló que “la confrontación entre ambos países sería un desastre para ambas partes y que deberían restablecerse los mecanismos para evitar malentendidos y juicios erróneos”, según un reporte en la televisión estatal china.

El presidente chino también le dijo a Biden que espera que Estados Unidos maneje con cautela los temas relacionados con Taiwán, Hong Kong y Xinjiang, pues “son asuntos de soberanía e integridad territorial de China”.

Expertos de ambos países advierten que la salida de Trump no significará una mejora sustancial de la relación de Washington y Pekín, pero eso no significa que no se vayan a producir cambios.

“Tenemos que tener en cuenta que tanto China como Estados Unidos quieren proteger y avanzar sus propios intereses. Ninguno tiene el objetivo exclusivo de mejorar la relación”, dijo hace unos días a BBC Mundo Bonnie Glaser, veterana investigadora estadounidense, incluida en la lista de “Los 10 nombres que importan en política sobre China” de la revista Politico.