Las grandes automotrices de Estados Unidos —y los compradores de autos— se enterarán en las próximas horas si el sindicato United Auto Workers (UAW) ampliará su huelga por aumentos de salarios, una semana laboral más breve y otras prestaciones.
Se espera que el presidente de UAW, Shawn Fein, anuncie si el sindicato ampliará una huelga que lleva una semana, limitada hasta ahora a tres plantas —una de Ford, otra de General Motors y una más de Stellantis.
Fain informó días atrás que llamará a la huelga en otras plantas a menos que haya avances considerables en las negociaciones contractuales con los fabricantes. Las negociaciones continuaron el jueves, aunque ninguna de las partes reportó avances importantes, y se mantenían las grandes diferencias en cuanto a los aumentos salariales.
Hasta el momento, la huelga abarca a 13.000 de los 146.000 afiliados al sindicato. Las empresas han despedido a varios miles, ya que las fábricas, afirman, carecen de autopartes debido a la huelga.
Con todo, aún no se sienten los efectos en los lotes de los concesionarios —probablemente pasarán varias semanas antes que la huelga provoque una escasez considerable de vehículos nuevos. No obstante, los precios podrían aumentar antes, si la perspectiva de una huelga prolongada provoca compras de pánico.
El sindicato pide aumentos salariales de 36% a lo largo de cuatro años, el fin de escalas salariales más bajas para los trabajadores de ingreso reciente y, lo más audaz, una semana laboral de 32 horas con pago de 40 horas. Las empresas señalan que no pueden ceder a los reclamos del sindicato a pesar de sus enormes ganancias porque necesitan invertir en la transformación a vehículos eléctricos.
La decisión del viernes es crucial para Fain, que ganó una elección por estrecho margen en marzo y destronó al entonces presidente del sindicato. Ha aplicado una estrategia inusual de negociar simultáneamente con las tres grandes automotrices de Detroit.