La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha sancionado a ocho objetivos mexicanos afiliados al cártel de la droga La Nueva Familia Michoacana por tráfico de fentanilo, cocaína y metanfetamina hacia Estados Unidos, según ha anunciado la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, este jueves en Atlanta (Georgia). Además del tráfico de estupefacientes, La Nueva Familia Michoacana se dedica al tráfico ilícito de migrantes de México a Estados Unidos, según el Tesoro. La Nueva Familia Michoacana es uno de los cárteles más poderosos y violentos de México y se ha convertido en un objetivo prioritario del Gobierno mexicano en los últimos años.
Históricamente, La Nueva Familia Michoacana traficaba sobre todo con metanfetamina. Sin embargo, en los últimos años, se ha expandido al tráfico de fentanilo, obteniendo los precursores químicos necesarios, comprando máquinas de prensado de pastillas críticas, y luego produciendo fentanilo en todo México, incluyendo la Ciudad de México, Pineda, Santa Teresa, Ciudad Altamirano, Tejupilco, Arcelia, Cuernavaca, Culiacán, Guadalajara y Toluca, México, según el Tesoro, que ha actuado en coordinación con las autoridades mexicanas.
La Nueva Familia Michoacana envía fentanilo y otras drogas a Estados Unidos a través de Nuevo Laredo y Tamaulipas/Reynosa por la frontera sur de Texas mediante autobuses, entre otros medios de transporte. Una vez que las drogas están en Estados Unidos, se envían a varias ciudades del país, como Atlanta, Houston, Dallas, Tulsa, Chicago y Charlotte.
Además de las drogas, el cartel se dedica también al tráfico ilegal de personas para lo que usan medios fraudulentos y delictivos. Según el Tesoro, a cambio de dinero, los miembros de La Nueva Familia Michoacana montan fotos y vídeos en los que aparecen personas sometidas a interrogatorios o en peligro de ser asesinadas. Con estas fotos o vídeos en la mano, los individuos declaran falsamente a los funcionarios de inmigración estadounidenses su supuesta necesidad de solicitar asilo en Estados Unidos.
La Nueva Familia Michoacana también es conocida por obligar a personas a entrar ilegalmente en Estados Unidos con drogas con el fin de venderlas en el país. Si no cumplen la orden, reciben amenazas de que ellos y sus familias serán asesinados. La Nueva Familia Michoacana también utiliza a trabajadores de la industria tabacalera para introducir narcóticos en Estados Unidos.
El Tesoro ya sancionó en noviembre de 2022 a Johnny Hurtado Olascoaga y José Alfredo Hurtado Olascoaga, los dos colíderes del cartel, y continuó señalando a alguno de sus aliados. Ahora extiende las sanciones a nuevos miembros de la organización, entre ellos a Rodolfo Maldonado Bustos, el siguiente en la línea de mando. Controla las rutas de la droga que pasan de Ciudad Altamirano, Guerrero, México a la zona de Zihuatanejo-Lázaro Cárdenas, Guerrero, México. El 23 de abril de 2017, un gran jurado federal de la Fiscalía Federal del Distrito Norte de Georgia presentó una acusación contra él por dos cargos de conspiración relacionados con el tráfico de heroína.
Otro de los sancionados es Josué Ramírez Carrera, líder financiero y siguiente en el escalafón, que controla el blanqueo de dinero procedente de la droga a través de negocios de ropa usada. También está involucrado en el tráfico de armas, donde dirige a personas a lo largo del Valle del Río Grande para ocultar armas dentro de paquetes de ropa usada con destino a la Ciudad de México, según el Tesoro.
Las sanciones afectan también a otros lugartenientes y sicarios del cartel: Josué López Hernández, David Durán Álvarez, Kevin Arzate Gómez, Euclides Camacho Goicochea, Lucio Ochoa Lagunes y Uriel Tabares Martínez. Este último es un sicario que trabaja directamente para los colíderes del cartel y tiene un papel de liderazgo en la región de Guerrero/Ciudad Altamirano de México. Se le conoce como El Médico por la forma violenta y quirúrgica en que tortura y asesina a quienes se cruzan con los miembros de alto rango del cártel de La Nueva Familia Michoacana.
Las sanciones suponen el bloqueo de todos los bienes de las personas señaladas y el veto a las transacciones de estadounidenses o realizadas en Estados Unidos con los sancionados. Esas sanciones dificultan algo el blanqueo del dinero, pero tratándose de organizaciones que operan al margen de la ley, su eficacia es limitada para frenar su actividad.
Los carteles mexicanos se han convertido en los principales proveedores de fentanilo ilícito y otros opioides sintéticos en Estados Unidos desde 2019. Compran precursores químicos y equipos de fabricación a proveedores con sede en China y a través de intermediarios adquieren químicos para sintetizar fentanilo ilícito y otros opioides sintéticos en laboratorios clandestinos en México. A continuación, trafican con estas drogas altamente adictivas y mortales a través de la frontera suroeste de Estados Unidos, principalmente. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, más de 107.000 estadounidenses murieron por sobredosis de drogas en 2023, y más de 74.000 de esas muertes estuvieron relacionadas con opioides sintéticos, principalmente fentanilo fabricado ilícitamente.
“La crisis de los opioides, y especialmente el aumento de los opioides sintéticos como el fentanilo, ha devastado comunidades y se ha cobrado la vida de cientos de miles de estadounidenses. El residente Biden y yo estamos comprometidos a utilizar todas las herramientas de que disponemos para combatir el fentanilo ilícito y sus precursores químicos, de modo que podamos interrumpir estas cadenas de suministro mortales”, ha señalado la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en palabras difundidas por su departamento a través de un comunicado. “El Tesoro tiene capacidades y conocimientos únicos para atacar los flujos financieros de estos cárteles que están envenenando a nuestras comunidades, e ir tras ellos es una prioridad absoluta para mí y para el Departamento”, ha añadido.
Señales de alarma para los bancos
La Red de Lucha contra los Delitos Financieros (FinCEN) del Tesoro ha publicado una advertencia complementaria de 15 páginas con el objetivo de que los bancos puedan detectar señales de alarma que pueden ser indicadores de actividades relacionadas con la adquisición de precursores químicos y equipos de fabricación utilizados para la síntesis de fentanilo y otros opioides sintéticos ilícitos. El Tesoro ha identificado algunas pautas que se repiten en las operaciones y pide a las entidades que vigilen si detectan actividad de ese tipo
El aviso enumera 14 señales de alarma diferentes, que tienen que ver con la contraparte de las transacciones, el volumen de operaciones, los medios de pago y el uso de monedas virtuales. “Dado que ninguna señal de alarma es determinante de una actividad ilícita o sospechosa, las instituciones financieras deben tener en cuenta los hechos y circunstancias del entorno, como la actividad financiera histórica del cliente, si las transacciones se ajustan a las prácticas comerciales habituales y si el cliente presenta múltiples señales de alarma, antes de determinar si un comportamiento o transacción es sospechoso o indicativo de la adquisición ilícita de precursores químicos y equipos de fabricación de fentanilo, o si es sospechoso por cualquier otro motivo”, indica el Tesoro en su aviso.
La idea es ayudar a los bancos y otras instituciones financieras estadounidenses a protegerse contra las actividades relacionadas con la cadena de suministro ilícita de fentanilo. La notificación por parte de las instituciones financieras de presuntas transacciones financieras relacionadas con el tráfico ilícito de fentanilo y estupefacientes desempeña un papel fundamental en las investigaciones policiales y en los esfuerzos del Tesoro en materia de sanciones a escala mundial.
El País