Por su parte, Brasil, México y Colombia firmaron un comunicado ‘light’ que vuelve a pedir los resultados electorales cuatro días después

Estados Unidos ha reconocido este jueves por la noche la victoria opositora en las presidenciales venezolanas y se ha declarado dispuesto a “reforzar” con sus socios internacionales el restablecimiento de las normas democráticas en Venezuela, lo que abre la posibilidad de nuevas sanciones.

“Dada la abrumadora evidencia, está claro para EEUU y, lo que es más importante, para el pueblo venezolano, que Edmundo González Urrutia ganó la mayoría de los votos en las elecciones presidenciales”, afirmó en un comunicado el secretario de Estado, Antony Blinken.

El jefe de la diplomacia estadounidense lamentó que los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral “fueron profundamente defectuosos, que no representa la voluntad del pueblo venezolano. Como informó la misión de observación del Centro Carter independiente, el hecho de que el CNE no haya proporcionado los resultados oficiales a nivel de distrito, así como las irregularidades a lo largo del proceso, han despojado de toda credibilidad al resultado anunciado por el CNE”, añadió.

“Las amenazas de Maduro y sus representantes de arrestar a los líderes de la oposición son un intento antidemocrático de reprimir la participación política y retener el poder”, concluyó.

Por otra parte, la esperada “cumbre” entre el presidente brasileño Lula da Silva, el mexicano Andrés Manuel López Obrador y el colombiano Gustavo Petro, cargada de expectativas, no lo fue tal. Al menos en su comunicado final, tras tres días de supuestas altas negociaciones y tras la conversación telefónica a tres bandas mantenida durante la tarde de este jueves.

“Seguimos con mucha atención el proceso de escrutinio de los votos y hacemos un llamado a las autoridades electorales para que avancen de forma expedita y den a conocer públicamente los datos desglosados por mesa de votación”, subraya el comunicado cuatro días después de que se cerraran las urnas y de que el gobierno emitiera un primer boletín con las cifras del mayor fraude electoral de la Historia de América Latina.

“Las controversias sobre el proceso electoral deben ser dirimidas por la vía institucional. El principio fundamental de la soberanía popular debe ser respetado mediante la verificación imparcial de los resultados”, prosigue el escrito, que se dio a conocer minutos antes del que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) diera a conocer que ha aceptada el recurso de amparo solicitado por Nicolás Maduro. Los jueces del Supremo, elegidos a conciencia por el chavismo, han convocado para este viernes a los 10 candidatos.

La estrategia de Maduro es que el fraude perpetrado contra la voluntad popular, que proporcionaba a Maduro 600.000 votos de ventaja cuando los datos obtenidos de las actas de votación (que la oposición ha colgado en Internet para que todo el mundo lo corrobore) cifraban la ventaja de Edmundo González Urrutia en 4 millones de votos sobre el hijo de Chávez, quede encallado en los laberintos judiciales del chavismo.

Brasil, México y Colombia añaden un llamado a los actores políticos a ejercer la máxima cautela b a la represión del régimen bolivariano, que se ha cobrado la vida de 20 jóvenes de los barrios populares, asesinados en su mayoría por paramilitares chavistas, y que ha llevado a la cárcel a más de 1.200 personas. Los clásicos llamados al respeto a la soberanía y al diálogo cierran el comunicado.

El presidente chileno Gabriel Boric dio a conocer más tarde que también había conversado con Petro y “concordamos que es fundamental que se transparenten los resultados de la elección mediante una verificación imparcial”.

Los cuatro presidentes forman parte de la segunda marea roja que ha llevado al poder a presidentes de izquierdas, que con la excepción de Boric, siempre crítico con las violaciones de derechos humanos en Venezuela, ha estado alineada con los intereses revolucionarios.

Daniel Lozano
Caracas
El Mundo