Desde 1994, año en que México se unió al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el país latinoamericano ha construido “una relación comercial tersa” con Estados Unidos, que, “en estos días, se ha venido deteriorando de forma rápida”, dice a DW Ignacio Ibarra López, profesor-investigador del departamento de Economía del Tecnológico de Monterrey.
El académico se refiere a la amenaza que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó el lunes pasado (25.11.2024) desde la red social Truth Social: prometió imponer aranceles de un 25 por ciento a todos los bienes mexicanos para presionar al país vecino y obligarlo a detener la “invasión” de “drogas” y “migrantes ilegales”.
Una “medida histórica”
“Un caso que ejemplifica lo complicado del problema es el tipo de cambio”, explica el Dr. Ibarra López: “Ha bastado solo una declaración de Trump para una fuerte depreciación del peso mexicano. La fuerza que tiene el presidente electo incluso se puede observar antes de que asuma el cargo, por lo que el escenario no es fácil para el Gobierno de México”.
De concretarse, la medida de Trump podría ser calificada como “histórica”, puesto que en las últimas tres décadas “la integración comercial entre México y EE. UU. ha sido una constante”, opina el experto del Tecnológico de Monterrey.
¿Hacia una guerra comercial?
“En una guerra comercial, los aranceles se ponen de los dos lados, México seguramente tendría que responder de la misma manera”, observa, por su parte, Jesús Carrillo, director de Economía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Puesto que los aranceles afectarían los precios de los productos que se comercian entre México y EE. UU., esta política iría en contra de las propuestas antinflacionarias en que tanto insistió el presidente electo durante su campaña, apunta el Dr. Carrillo, en entrevista con DW. Y agrega que el crecimiento de EE. UU. probablemente se reduciría entre el 0,5 y 1 por ciento del PIB. “Es una de las peores decisiones en términos económicos”, sentencia.
Los principales productos que México envía a su vecino del norte son vehículos automotores, computadoras y petróleo crudo, por lo que un posible arancel del 25 por ciento perjudicaría especialmente estos sectores, así como a estados con gran dinamismo económico como Puebla, Nuevo León, Baja California, Guanajuato y Querétaro, explica Ibarra López. También se vería afectado el libre movimiento de mercancías en las zonas fronterizas.
Estrategia política
Puesto que el próximo presidente republicano amenazó con mantener los aranceles hasta que México frene el narcotráfico y la migración irregular, Jesús Carrillo cree que Donald Trump “estaría tratando de crear una especie de crisis comercial para poder provocar alguna acción por parte de México en estas materias, cantar victoria y presumírselo a su electorado”. No obstante, duda que sea necesariamente una medida eficiente para acabar con los dos fenómenos complejos que aquejan el país desde hace décadas.
“Antes de Trump había una regla no escrita de no mezclar temas de otros ámbitos con el comercio”, señala al respecto Ana Lilia Moreno, coordinadora del Programa de Competencia y Regulación del centro de análisis México Evalúa.
“Obligando a México a tomar medidas importantes en materia migratoria y reforzando una política de seguridad que durante seis años fue demasiado laxa con el crimen organizado, esta amenaza arancelaria tiene el objetivo de cumplir promesas de campaña sin que al presidente electo le cueste demasiado”, añade la economista en declaraciones a DW.
La estrategia de Sheinbaum
¿Y cuán preparado está el Gobierno de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, para hacer frente a una posible guerra comercial con Washington?
“Nuestro gobierno en general está mejor preparado que el de la administración anterior, es menos improvisado y hay funcionarios de primer nivel, más capacitados, en particular el Canciller y el secretario de Economía”, indica Jesús Carrillo, del IMCO.
Si bien la experta Moreno, de México Evalúa, no descarta que haya gente capaz en el Gobierno de Sheinbaum, hace hincapié en las reformas promovidas por el expresidente López Obrador, que actualmente “debilitan mucho la posición de la presidenta” a la hora de negociar.
A su juicio, las reformas constitucionales, que aún deben implementarse y regularse, “debilitan las instituciones mexicanas que se han construido en los últimos 50 años y que responden a un modelo económico mixto, de propiedad privada y pública, con reguladores y tribunales independientes, con jueces especializados en energía, telecomunicaciones o competencia económica”.
Hace notar que “a todos esos tipos de jueces los han destituido de golpe; entonces, no tenemos tribuales competentes cuando Sheinbaum tenga que sentarse en la mesa a hablar del tratado” entre México, Estados Unidos y Canadá.
Para ilustrar la dimensión del tratado y, por ende, lo delicado de esta tarea, Moreno destaca que la economía de los tres países abarca un tercio del PIB mundial.
Finalmente, Jesús Carrillo apunta que otro reto de Sheinbaum consistirá en tratar de contener la situación en México y lidiar con el posible pánico y la preocupación de los empresarios y la ciudadanía.
(ers)
Autor: Viola Traeder