Ciudad de México, 28 may (EFE).- El mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha actuado en la campaña electoral que termina este miércoles como “un candidato más”, pues su omnipresencia ha impregnado la carrera presidencial que termina este 2 de junio.
Pese a no figurar en las boletas para algún cargo público por primera vez desde el año 2000, su nombre arrecia continuamente en la campaña, tanto por sus seguidores como sus detractores, en reflejo del gran peso específico de López Obrador en la política mexicana.
Así lo ha remarcado Xóchitl Gálvez, la principal candidata opositora de la coalición Fuerza y Corazón por México, quien ha acusado al mandatario de jugar el papel de candidato con sus constante comentarios en sus conferencias matutinas.
En entrevista con EFE la semana pasada, Gálvez lamentó el desequilibrio que significa tener que hacer frente a dos rivales: el propio López Obrador, quien consideró que se ha metido en campaña “de manera indebida”; y, por otro lado, su rival, Claudia Sheinbaum, la candidata oficialista de la agrupación Sigamos haciendo Historia.
Durante toda la campaña, Sheinbaum ha insistido de manera repetida en su objetivo de continuar con el proyecto de López Obrador, bautizado como la Cuarta Transformación, y no ha dejado de calificar al actual mandatario como el “mejor presidente en la historia de México”.
“En realidad, (López Obrador) ha sido un candidato más. Ha estado presente en la sucesión presidencial”, subraya el profesor de política de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Ulises Corona en una entrevista este martes con EFE, al señalar que nunca disimuló sus simpatías en las primarias de su partido por la posible sucesora.
En apenas cinco días, México, cuya Constitución no permite la reelección presidencial, tendrá los comicios más grandes de su historia. 98 millones de electores están convocados a renovar más de 20.000 cargos, incluyendo la Presidencia, los 500 diputados, los 128 senadores y nueve Gobiernos estatales.
Eterna campaña de 18 años
Para Corona, que también fue asesor parlamentario entre 2009 y 2012, el mandatario es un “gran comunicólogo” y “experto conocedor” del ecosistema mediático mexicano.
“Ha sido un presidente que ha estado todos los días a las mañaneras (conferencias de prensa diarias) hablando de sus logros, los beneficios de su gestión y la fortaleza de su trabajo”, agrega.
Precisamente, López Obrador, de 70 años, esboza el resultado de las urnas como “un plebiscito” para “elegir el proyecto de nación” que quiere México, no como “nada más” dar el apoyo a una formación o a una persona, tal y como expresó en su conferencia del lunes.
Una radiografía que converge con la pasión que despierta López Obrador entre parte de la ciudadanía, hasta el punto de tener dedicada una tienda llena de artículos con su imagen en la Plancha del Zócalo, el centro de la capital: Pejelandia.
Entre sus productos estrella, hay llaveros, abridores de refrescos y la polémica camiseta con la imagen de la Santa Muerte, considerada una narcosanta.
“La gente lo ama. La mayoría lo quieren mucho porque, desde que fue jefe de Gobierno (de la Ciudad de México 2000-2005), ha ayudado muchísimo a la gente”, señala el propietario de Pejelandia, Armando Montero.
El nombre de la tienda proviene del mote -‘Peje’- que recibió López Obrador en el pasado por parte de sus adversarios y rinde homenaje a un plato tradicional del sureño estado de Tabasco, de donde es oriundo, hecho a base del pez pejelagarto.
José González, quien busca uno de los famosos muñecos, observa que “ha habido un cambio fundamental” en México tras la llegada de López Obrador.
(c) Agencia EFE