La relación comercial entre México y Ecuador ha sobrevivido a los tres últimos meses de incertidumbre tras la ruptura de relaciones diplomáticas, por la incursión violenta de la fuerza pública a la Embajada mexicana en Quito para capturar al exvicepresidente Jorge Glas. “Los mexicanos siguen felices con las relaciones comerciales con Ecuador, vendiendo”, dijo Daniel Noboa este lunes en una entrevista en Radio Sucre, en referencia a la balanza comercial entre ambos países, que es más favorable para el país del norte. “Tenemos un déficit de casi 600 millones dólares de desbalance comercial con México. Es de nuestros peores socios”, aseguró el mandatario, quien citó cifras imprecisas. Si bien la balanza no se inclina a favor de Ecuador, la cifra oficial son 500 millones de dólares de diferencia entre lo que se importa y exporta.
En 2023, Ecuador exportó a México más de 300 productos como cacao en grano, minerales y metales, plástico, azúcar y confitería, caucho, aceites vegetales y tableros de madera, que hicieron un total de 202 millones de dólares. Importó 702 millones de dólares desde México en medicamentos, aparatos quirúrgicos, máquinas y aparatos mecánicos, vehículos y cosméticos. “El presidente emitió una declaración política, porque efectivamente México no está entre nuestros principales socios comerciales, pero eso no significa que despreciamos las exportaciones que mandamos a ese país”, dice Felipe Ribadeneira, director de la Federación de Exportadores de Ecuador (Fedexpor), quien asegura que entre el sector privado mexicano y ecuatoriano existe la mejor relación posible, a pesar de las heridas diplomáticas que se abrieron a inicios de abril.
Para Ribadeneira, este vaivén político se pudo haber blindado si es que Manuel López Obrador hubiese suscrito el acuerdo comercial que se negoció a finales de 2022, y que impidió también que Ecuador ingrese a la Alianza del Pacífico. “Esa es una de las ventajas de los acuerdos comerciales, y es que proteja a los negocios de ese tipo de problemas políticos que se dan entre naciones”, añade el director de Fedexpor.
La crisis diplomática entre ambos países parece no tener una solución a corto plazo. En la entrevista radial, Noboa reconoció que no se han dado comunicaciones con Claudia Sheinbaum, la presidenta electa de ese país, quien ha mantenido la misma postura que su predecesor. “Tienen ellos que dar el paso, la disculpa pública, lo que está pidiendo la demanda y también el reconocimiento del derecho de asilo”, dijo Sheinbaum en una rueda de prensa días después de ganar los comicios electorales. “No es menor lo que hizo Ecuador con México, entonces no es un asunto de sentarse a platicar”, afirmó Sheinbaum, con el que marcó distancia de una posible solución al impasse. El Gobierno ecuatoriano tampoco se ha referido a las disculpas públicas que ha demandado México para considerar el inicio de un diálogo. Ante la ausencia de un gesto de apertura, la canciller mexicana ya selló un acuerdo con Suiza para cuidar el patrimonio diplomático en Quito.
Si bien los negocios intentan sostenerse a los vaivenes de la política, hay otros afectados por las decisiones presidenciales, como el turismo y la migración. Con el cierre de los consulados, a los turistas se les dificulta tramitar las visas para ingresar a México. Una de las evidencias de la afectación de la ruptura diplomática fue la clausura del vuelo directo que tenía Aeroméxico hacia Quito. Y para los migrantes que viajan de forma irregular hacia Estados Unidos, la ausencia de las autoridades consulares ecuatorianas vulnera aún más sus derechos en la travesía por México. Como le ocurrió a una familia ecuatoriana de cinco personas que estuvo secuestrada durante más de dos semanas por un grupo delictivo en Durango. Los extorsionadores pedían 22.000 dólares para liberarlos. El cierre de las oficinas consulares de Quito en México complicó su liberación. Esto ocurre en el peor momento para los migrantes ecuatorianos que huyen de la violencia y la crisis económica del país hacia el país norteamericano.
El País