Porsche Spyder 918, o cómo reinterpretar la cúspide deportiva

Veamos. El Spyder 918 antes de llegar a producción en 2013, vio la luz como Concept-Car. Allí, la impresión de los amantes de la industria automotriz deportiva fue grande: no sabían si estaban presenciado una excentricidad o una obra de arte.
Si uno revisa las crónicas de aquel primer encuentra, la sensación era la de estar frente a una rara avis, un deportivo que ya daba la sensación de velocidad y dinamismo estando estacionado, un “game-changer”.

Diseñado por Michael Mauer, este fue el primer deportivo de calle en romper la barrera de los siete minutos en Nürburgring Nordschleife, marcando 6 minutos, 57 segundos.

Y por supuesto, el factor más distintivo y “vanguardista” de este modelo era su doble motorización. Hoy los híbridos deportivos son una cuestión ya convencional: hace 12 años no lo era. El Spyder 918 fue el primer superdeportivo híbrido conectable de la historia de Porsche.

Sin dudas, una invención que quedó tatuada en el alma de los fanáticos de los deportivos donde me incluyo. Es habitual encontrarse con un amante de Porsche que diga lo siguiente: Spyder 918 fue el último gran deportivo que salió de la fábrica de Stuttgart. Hasta la próxima.

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