El primer lanzamiento con tripulación fue un ensayo, una misión para demostrar que la cápsula de SpaceX podía transportar de manera segura a los astronautas de la NASA, a la Estación Espacial Internacional, y de regreso a casa.

Se supone que el lanzamiento del domingo será el comienzo de una nueva era en vuelos espaciales.

El domingo, la nave Crew Dragon de SpaceX está programada para llevar a tres astronautas de la NASA, y un astronauta japonés, a la estación espacial para una misión de seis meses. El lanzamiento, originalmente programado para el sábado, se retrasó hasta el domingo, debido al clima.

El vuelo está destinado a ser el primero de muchos; esta semana, la NASA certificó la cápsula Crew Dragon para vuelos regulares, hacia y desde la estación espacial, una novedad para una nave comercial.

Se espera que ese hito marque el comienzo de oportunidades de mercado nuevas, y adicionales, en la órbita terrestre baja. Hay películas para filmar, productos de belleza para promocionar, y turistas para recibir en la estación espacial.

¿Cuánto podrían valer todas estas oportunidades, incluyendo áreas que abordan la investigación médica?

“Es como hacer la pregunta en 1995 de cuánto puede valer el Internet”, comentó Amir Blachman, director comercial de Axiom Space, una empresa con sede en Houston, que entrena a astronautas privados y gestiona sus misiones a la estación espacial.

“Es un mercado enorme”, explicó, con “miles de millones de dólares de oportunidades en la próxima década”.

La NASA ya está haciendo arreglos para acomodar más actividades comerciales en la estación espacial. El año pasado, la agencia presentó un plan que permitiría a empresas y astronautas privados subir a bordo, por un precio.

La estación espacial también podría ser un destino atractivo para países que tienen astronautas, pero carecen de la capacidad para lanzarlos al espacio, al igual que los Emiratos Árabes Unidos y Corea del Sur confiaron en Rusia para lanzar sus astronautas en el pasado. También podrían estar interesados los investigadores académicos que buscan realizar experimentos en microgravedad.

La NASA estimó el año pasado que los astronautas privados pagarían alrededor de $58 millones por el viaje, y un cargo adicional de $35,000 por día, mientras estuvieran en la estación. Esos ingresos podrían usarse para compensar el costo de la NASA para operar y mantener la parte estadounidense de la estación, que es de alrededor de $3 mil millones a $4 mil millones de dólares al año. Eso, a su vez, podría liberar fondos para otras misiones más ambiciosas, como vuelos a la luna.

Si ese costo disminuye, con el tiempo será un factor clave en la cantidad de actividad comercial que podría aumentar a bordo de la estación espacial.

El precio actual de más de $50 millones de dólares es muy alto, pero un precio de $10 millones de dólares podría expandir el mercado, explicó Laura Forczyk, propietaria de la consultora espacial Astralytical.

Los costos podrían disminuir a medida que las naves espaciales comerciales adquieran más experiencia de vuelo y realicen viajes frecuentes a la estación espacial. Además de SpaceX, Boeing Co. también está desarrollando una cápsula para la tripulación para transportar a los astronautas de la NASA a la estación. El gigante aeroespacial también ha dicho que planea usar su cápsula para llevar turistas al espacio.

Construir un historial de seguridad será clave.

“Es un equilibrio entre esperar que habrá contratiempos y, al mismo tiempo, que podamos lograr algo que nunca se ha hecho antes, lo que serían vuelos más frecuentes, casi de rutina”, señaló Forczyk. “Estoy buscando que se vuelva aburrido”.

Un ritmo constante de lanzamientos puede aumentar la confianza del público en las misiones tripuladas. SpaceX, por ejemplo, se ha lanzado 19 veces en lo que va del año. Su último gran revés en el lanzamiento fue en 2016 cuando un cohete Falcon 9 explotó en la plataforma, destruyendo tanto el cohete como un satélite de comunicaciones comerciales que sería llevado a órbita.

“Si hay un volumen tan alto de lanzamientos, la gente simplemente se siente más segura”, dijo Marco Caceres, analista espacial de la firma Teal Group. “Será más fácil vender asientos cuando conciban que no va a explotar”.

Y no hay escasez de entusiasmo por ir a órbita. Blachman comentó que Axiom está hablando con decenas de personas interesadas en volar al espacio.

“Estamos viendo un nivel de emoción e interés al respecto más allá de lo que hubiera esperado ver incluso hace cinco años”, explicó.

Los clientes de Axiom estaban satisfechos con lo “tranquila” que fue la misión de prueba tripulada de SpaceX este verano, señaló Blachman: les hizo sentir más cómodos yendo a misiones propias.

Axiom informó el miércoles que planea emprender su primera misión privada a la estación espacial a fines del próximo año. La tripulación, con el exastronauta de la NASA Michael Lopez-Alegria como comandante de la cápsula, y tres astronautas privados, se lanzará en un SpaceX Crew Dragon.

El Congreso estadounidense, la NASA, y otras agencias de todo el mundo han prometido mantener la Estación Espacial Internacional en funcionamiento al menos hasta 2024. Axiom planea construir una estación espacial comercial y ponerla en funcionamiento en 2028.

Una estación comercial podría aumentar aún más el mercado de actividades en el espacio, comentó Caceres.

Si las estaciones comerciales dan resultado, “entonces tienes una industria, un mercado”, señaló. “Mientras dependa de la NASA y la agencia espacial rusa, no tendrá total independencia o flexibilidad para hacer crecer el mercado como desee”.

Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.

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