La expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, fue detenida la madrugada de este sábado por “sedición y terrorismo” junto a cinco de sus exministros y a la cúpula militar que en 2019 pidió la renuncia del expresidente Evo Morales, según confirmó el ministro del Gobierno boliviano, Eduardo del Castillo del Carpio, en sus redes sociales.
Áñez denunció que “en un acto de abuso y persecución política” y que el Gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) la “ha mandado arrestar”, minutos después de que el ministro del Gobierno boliviano confirmara su detención.
Áñez fue detenida en la ciudad de Trinidad, en el amazónico departamento del Beni, y fue llevada del Comando Departamental al aeropuerto para su traslado a la ciudad de La Paz. Los cargos que enfreta de sedición y terrorismo conllevan en Bolivia penas de entre cinco y 20 años de prisión, respectivamente.
“Informo al pueblo boliviano que la señora Jeanine Áñez ya fue aprehendida y en este momento se encuentra en manos de la Policía”, señaló Del Castillo en su cuenta en Facebook.
Jeanine Áñez llegó al poder en 2019 desde el Parlamento y en medio de una convulsión social. Después de los comicios de octubre, se empezaron a producir protestas en las calles entre partidarios de la oposición y del exmandatario que se saldaron con al menos 32 muertos. Tras sufrir presiones por parte del Ejército después del veredicto de la Organización de Estados Americanos (OAE), Morales renunció y se refugió en México, cuyo Gobierno le ofreció asilo.
Áñez fue investida tras la renuncia de Morales y de los funcionarios, que según la cadena de sucesión debían relevarlo en el cargo. Fue reconocida por varios países, entre ellos EE.UU.
Este viernes ya había revelado en sus redes sociales las órdenes de captura en su contra y sobre varios de sus exfuncionarios.
El primer detenido, a instancias de una denuncia presentada por una exdiputada del gubernamental MAS, fue el almirante Flavio Gustavo Arce, quien fue el jefe del Estado Mayor durante la gestión del comandante de las Fuerzas Armadas Williams Kaliman, que sugirió a Evo Morales renunciar a la Presidencia el 10 de noviembre de 2019 para pacificar el país, en medio de la crisis posterior a las fallidas elecciones generales de ese año.
Más tarde, los exministros interinos de Energía Álvaro Guzmán y de Energía Álvaro Coímbra fueron detenidos en Trinidad y luego los trasladaron en un avión de la Fuerza Aérea Boliviana a la terminal internacional de El Alto.
Ambos fueron llevados con una fuerte escolta policial hasta las instalaciones del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), en el centro de la ciudad de La Paz, y posteriormente en una camioneta de la Policía hasta la Fiscalía, donde está previsto que presten declaración en las próximas horas.
Las órdenes de captura también se extendieron contra los exministros de Gobierno Arturo Murillo, de Presidencia Yerko Núñez, de Defensa Fernando López varios ex jefes militares y policiales.
La Fiscalía se suma así a la tesis del oficialismo, que denuncia que los acontecimientos de 2019 fueron un “golpe de Estado”. Sin embargo, la oposición ha defendido que aquellos sucesos terminaron por arrastrar a las instituciones del orden a participar en un “levantamiento popular” contra la reelección de Morales, según cita El País.
Uno de los líderes opositores, Samuel Doria Medina, reprochó que la justicia continúe “persiguiendo a jefes militares”. “El presidente [Luis Arce] comete un error al dejar que fiscales politizados compitan para usar los derechos humanos para ganar puntos con el Gobierno. Las relaciones con las Fuerzas Armadas son un delicado asunto de Estado”, publicó Twitter.
La presidenta interina recibió la banda presidencial de manos de un militar y pronunció la frase “La Biblia vuelve a palacio”, lo que generó polémica en un Estado que tras la promulgación de la Constitución en 2009 se declaró aconfesional o laico.
La abogada de profesión y oriunda de San Joaquín, una pequeña población del departamento amazónico de Beni, gobernó el país durante cerca de un año, mandato que fue extendido ante la imposibilidad de celebrar elecciones, pues el 10 de marzo de 2020 la pandemia llegó al territorio boliviano.
Áñez fue presentadora de televisión e inició su carrera política en 2006 cuando fue electa representante departamental en la Asamblea Constituyente que redactó la nueva Constitución Política del Estado promulgada por Evo Morales en 2009.
En 2010 fue elegida senadora por el departamento de Beni en representación de la desaparecida alianza Plan Progreso y Convergencia Nacional.
En 2015 asumió su segunda legislatura, en la que se opuso a un cuarto mandato de Morales y centró su trabajo para prevenir la violencia en contra de la mujer.
Durante su Gobierno interino, Áñez decidió presentarse a las elecciones presidenciales de 2020, luego de que en varias ocasiones dijo que no lo haría, pero declinó su aspiración al reconocer que su partido se ubicaba de cuarto en las encuestas y al considerar que la unión de los partidos de derecha le hubiesen hecho mejor frente al MAS.
Ya como expresidenta interina, Áñez se presentó como candidata a las elecciones subnacionales para la Gobernación del Beni, pero nuevamente la suerte no estuvo a su favor y quedó de tercera en las votaciones de los comicios del pasado 7 de marzo.
Con información de EFE y El País.