Los líderes de las economías avanzadas del mundo están reunidos desde el viernes en la Cumbre del G-7 en la costa de Cornualles en el Reino Unido, por primera vez desde que comenzó la pandemia mundial de coronavirus, y recibieron al presidente Joe Biden como un nuevo miembro que llegó con la intención de restaurar las alianzas tradicionales de Estados Unidos.
Con una pandemia de coronavirus en gran parte del mundo, una economía global todavía en riesgo y amenazas en aumento por parte de Rusia y China, la Cumbre del Grupo de los 7 que comenzó formalmente el viernes se perfila como una de las más importantes de los últimos tiempos.
Las naciones reunidas se comprometerán a donar mil millones de dosis de vacuna Covid, y Estados Unidos proporcionará aproximadamente la mitad de esas inyecciones.
En la sesión del sábado
El presidente Joe Biden anunció el sábado, en nombre del grupo del G-7, un monumental proyecto internacional de infraestructuras para competir con la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda que el gobierno chino está desarrollando en Asia.
Biden ha presentado la llamada iniciativa Construyamos un Mundo Mejor (Build Back Better World o B3W), un proyecto en colaboración con las “principales democracias del mundo”, y guiado por “los valores y la transparencia” con el objetivo de cubrir “unas necesidades internacionales en infraestructura” que Estados Unidos estima en unos $40 billones de dólares.
Biden ha anunciado que este proyecto tendrá un alcance “global, desde Latinoamérica hasta el Caribe pasando por África y la región Indopacífica”, con la colaboración de agencias internacionales estadounidenses y servirá de “catalizador de cientos de miles de millones de dólares para países de medianos y bajos ingresos en los próximos años”.
Aunque el plan presentado por Biden no ofrece cifras ni proyectos más concretos, fuentes oficiales de Estados Unidos confirmaron que la intención es responder a la gran iniciativa de China, un país que está invirtiendo en carreteras, líneas ferroviarias, puertos y otros proyectos de infraestructura para construir nuevas conexiones comerciales con Europa, África, América Latina y Asia.
Esta iniciativa del G-7 promete ser respetuosa con los términos medioambientales del Acuerdo de París a través de “una visión positiva y una fuente de financiación sostenible y transparente para satisfacer sus necesidades de infraestructura”.
“No se trata de hacer que los países elijan entre nosotros y China. Se trata de ofrecer una visión y un enfoque alternativos y afirmativos que ellos querrían elegir”, dijo un funcionario de la administración, citado por CNN.