Por Julia Ainsley – NBC News
Más del 18% de las familias migrantes y el 20% de los menores no acompañados que cruzaron recientemente la frontera entre México y Estados Unidos dieron positivo por COVID-19 al ser liberados por la Patrulla Fronteriza en las últimas dos o tres semanas, de acuerdo con un documento preparado esta semana para una reunión informativa del jueves con el presidente, Joe Biden.
En algunos vuelos programados para la deportación de migrantes, más del 25% de los pasajeros habían dado positivo antes de despegar, lo que llevó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) a retirar a esos migrantes de los vuelos para ponerlos en cuarentena en Estados Unidos, según el reporte.
El documento del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) no da fechas precisas ni señala cuántos migrantes fueron sometidos a pruebas diagnósticas.
Los migrantes no se hacen tests para saber si tienen el COVID-19 bajo custodia de la Patrulla Fronteriza a menos que muestren síntomas, pero todos se someten a pruebas cuando salen de la custodia, de acuerdo con los funcionarios del DHS.
Los inmigrantes a los que se les permite permanecer en Estados Unidos para solicitar asilo pasan, de su lado, las pruebas cuando son trasladados a ICE, al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) u organizaciones no gubernamentales. Las personas que tienen una fecha programada para ser deportadas en avión son sometidas a pruebas de COVID-19 y otras enfermedades infecciosas por ICE.
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Hasta el miércoles, más de 15,000 migrantes estaban bajo custodia de la Patrulla Fronteriza, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza obtenidos por NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo.
Si un migrante que está a punto de ser deportado por ICE da positivo, se le pone en cuarentena y se retrasa su deportación, según el DHS. El documento se refiere específicamente a los migrantes elegidos para la “expulsión acelerada”, aquellos que fueron deportados poco después de cruzar o intentar cruzar la frontera de Estados Unidos.
“En las últimas 2-3 semanas, los porcentajes de positividad entre todos los grupos demográficos han aumentado”, señala el documento.
El informe también recomienda que el DHS destine más personal médico en las instalaciones de procesamiento de la frontera, citando una en el Valle del Río Grande donde tres paramédicos estuvieron a cargo de 3,000 migrantes.
Un segundo documento del DHS preparado esta semana para la Casa Blanca destaca que las altas tasas de positividad están “poniendo a prueba la capacidad de las ONG y los Gobiernos locales con los que el DHS se asocia actualmente para atenderlos.”
Ese reporte atribuye el aumento de casos de COVID-19 entre los inmigrantes indocumentados a “la variante delta, altamente transmisible, combinada con estancias más prolongadas en instalaciones [de Aduanas y Protección de Fronteras] abarrotadas.”
Las altas tasas han provocado la celebración de reuniones de emergencia entre la Casa Blanca, el HHS y el DHS esta semana, según dos fuentes conocedoras de las conversaciones.
Los materiales informativos dejan claro que el elevado número de inmigrantes con coronavirus está ralentizando la deportación de familias, un esfuerzo que la Administración intensificó a finales de julio.
“El DHS y la CBP se toman muy en serio su responsabilidad de prevenir la propagación del COVID-19 y otras enfermedades. La CBP proporciona a los migrantes que no pueden ser expulsados o que están a la espera de ser procesados un EPI desde el momento en que son puestos bajo custodia, y los migrantes están obligados a mantener la mascarilla puesta en todo momento, incluso cuando son trasladados o están en proceso de ser liberados. Si alguien muestra signos de enfermedad bajo la custodia de la CBP, es remitido a los sistemas sanitarios locales para que se le realicen las pruebas, el diagnóstico, el aislamiento y el tratamiento adecuados”, dijo un portavoz de la Casa Blanca en un comunicado.
El Gobierno de Biden está considerando realizar pruebas a todos los migrantes bajo custodia de la Patrulla Fronteriza, según el segundo documento, pero la CBP, la agencia matriz de la Patrulla Fronteriza, no tiene actualmente la capacidad de realizarlas.
El subjefe de la Patrulla Fronteriza, Raúl Ortiz, que pronto asumirá el cargo de jefe, explicó el miércoles a NBC News que esas pruebas aumentarían la saturación en las instalaciones de la Patrulla Fronteriza.
“Como pueden ver, ya estamos desbordados”, dijo Ortiz, de pie junto a un puente en Del Río, Texas, donde cientos de migrantes han sido retenidos a la vez, durmiendo en el suelo, ya que los centros de procesamiento de la frontera está seis veces por encima de su capacidad.
El martes, la CBP detuvo a 6,725 inmigrantes indocumentados que cruzaban a Estados Unidos, según datos internos obtenidos por NBC News, manteniendo el ritmo diario del mes de julio, en el que se produjeron 210,000 aprehensiones totales, el máximo en 21 años.
De los más de 6,700 detenidos, más de 900 eran niños no acompañados, un grupo demográfico que sigue aumentando, según los datos.