Tener una cartera digital ha resultado ser toda una odisea —y tremendo dolor de cabeza— para dos inversionistas que tienen cuentas millonarias al alcance de sus dedos pero han olvidado la clave necesaria para accesar los fondos.
Ni Stefan Thomas, de San Francisco, California, ni James Howells, de Inglaterra, recuerdan la contraseña que les daría acceso a la fortuna de sus vidas. Thomas ya ha utilizado ocho de los diez intentos que tiene para recuperar su cuenta de Bitcoin y accesar los cerca de $250 millones que ha acumulado desde el 2012. Analizando la situación, el joven se ha resignado a la idea de tener que vivir sin ellos.
“Hubo algunas semanas en las que estaba desesperado, no tengo otra palabra para describirlo”, comentó Thomas a la estación local KGO-TV. “Cuestionas tu propio valor: ‘¿Qué clase de persona pierde algo tan importante?'”.
Aparentemente, Thomas se deshizo de la hoja de papel en la que anotó la clave de su cuenta en el 2012, sin imaginar que la necesitaría nueve años después.
Tras dar a conocer su historia, las sugerencias no se han dejado esperar, con gente recomendando acciones extremas.
“Alguna gente ha recomendado a varios médiums, psíquicos, profetas con los que puedo hablar. Otros sugieren drogas para mejorar la memoria”, dijo.
Aunque las ideas no suenan del todo descabelladas, Thomas ya ha tomado una decisión: renunciar a la fortuna para valorarse de una manera diferente. “No será por el dinero que tengo en mi cuenta de banco”, expresó.
El joven aseguró al diario The New York Times que un fanático de Bitcoin le obsequió la cuenta con más de 7,000 y le explicó todos los pormenores de la criptomoneda. Tras su experiencia, ahora asegura saber la verdadera razón por la cual existen las instituciones bancarias.
“Esta idea de ser tu propio banco… lo pongo de esta manera: ¿haces tus propios zapatos? La razón por la que tenemos bancos es para no lidiar con todas esas cosas que hacen los bancos”, explicó.
Por su parte, Howells, de 35 años, intenta obtener permiso de las autoridades en Inglaterra para escavar un basurero donde cree haber botado el disco duro de su computadora que guarda la clave de su cuenta. Howells asegura que tendría una fortuna de $280 millones, que ha acumulado durante ocho años.
“Existe una buena oportunidad de que la memoria dentro del disco aún esté intacta”, dijo Howells a CNBC. “Expertos en recuperación de datos pueden reconstruir el disco o leer la información directamente de la memoria”.
Howells se ha ofrecido a donar el 25 por ciento de su fortuna a un fondo de ayuda para combatir la COVID-19. Hasta el momento, el Concejo de la Ciudad de Newport, en Londres, ha rechazado la petición que Howells inició en el 2013 citando posibles daños ambientales.