Donald Trump acordó la venta de su famoso hotel de Washington DC a una empresa externa, que planea eliminar el nombre Trump del edificio y entregarlo al grupo Hilton para su gestión, reportó el Wall Street Journal.
El hotel será vendido a la empresa de inversión con sede en Miami CGI Merchant Group por US$375 millones, informó el Journal, citando fuentes no identificadas familiarizadas con el acuerdo. CGI al parecer tiene la intención de que el grupo Waldorf Astoria de Hilton Worldwide Holdings Inc. gestione la propiedad.
La Trump Organization se hizo con los derechos de arrendamiento del edificio, una propiedad federal, en 2012, pero el Trump International Hotel se convirtió en una especie de despilfarro político y financiero para el eventual presidente. El hotel se convirtió durante un tiempo en un punto de encuentro caliente para los políticos republicanos, los grupos de presión y otros ejecutivos que esperaban acercarse a la órbita de Trump o conseguir el oído de los altos funcionarios.
Fue criticado por los expertos en ética por haber ingresado millones gracias a los gobiernos extranjeros que enviaban a su personal a alojarse allí, mientras que, en el aspecto empresarial, el hotel habría perdido US$70 millones entre 2016 y 2020, aunque la Trump Organization rebate estos resultados.
El Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes está llevando a cabo una investigación de conflicto de intereses sobre el alquiler de la Trump Organization en el edificio, que es propiedad del gobierno federal.
Los Trump se impusieron a grandes hoteleros como Marriott y Hilton para hacerse con la propiedad, prometiendo gastar US$200 millones en la renovación de la antigua oficina de correos. Trump Organization afirma que el Trump International Hotel generó US$150 millones en ingresos mientras Trump estaba en el cargo.
Un grupo de expertos en ética demandó a Trump en 2017 por su participación en el hotel, alegando que había violado las prohibiciones de la Constitución de EE.UU. de obtener beneficios comerciales de un cargo oficial y calificándolo de “cuatro años de… corrupción generalizada”. Los legisladores demócratas y los fiscales generales de Washington DC y Maryland interpusieron acciones legales similares contra Trump. El caso llegó hasta el Tribunal Supremo de EE.UU., que desestimó la demanda.