El pasado 13 de mayo, las autoridades policiales de España detuvieron a Rebeca García y a su hermano, de nombre Francisco, quienes han sido acusados por las autoridades de Venezuela por acosar a decenas de personas de su mismo sexo.
La detención se efectuó, luego de que personas que acudían a un supermercado los identificaran y llamaran a agentes de seguridad. Cuando la Policía arribó al lugar y les solicitó una identificación, ellos no portaban ninguna; así que fueron turnados a la Comisaría.
Hasta el momento, las autoridades españolas no han recibido ningún requerimiento por parte de la justicia venezolana, ya sea por la vía judicial o diplomática. En tanto eso sucede, el fiscal venezolano, Tarek William Saab, dijo a través de su cuenta personal de X (antes Twitter), que pedirá su detención y extradición de los hermanos García.
“A través de la Fiscalía 59 y 66 Nacional, sí fue solicitada orden de aprehensión y Alerta Roja de Interpol en contra de Rebeca García y su hermano Francisco García. El Ministerio Publico ante la presunta detención de dichos hermanos en España: Solicita que los mismos sean entregados a Venezuela para ser procesados de acuerdo a la Ley”, dijo William Saab.
Un día después de la captura de los hermanos García, hay versiones que contradicen la versión oficial del gobierno de Venezuela; pues según la solicitud a la Interpol fue elaborada el 9 de mayo, pero existe otra orden de extradición realizada el 10 de mayo y dirigida al gobierno de Pedro Sánchez. Sin embargo, en España, solo se puede retener a una persona hasta por seis horas antes de dejarlas en libertad, según establecen los mandatos vigentes.
Hasta ahora, el paradero de los hermanos García es incierto. Se desconoce si, finalmente, fueron liberados o cuál es su situación jurídica vigente.
El caso de Rebeca García adquirió popularidad en las redes sociales, luego de que un grupo de feministas alzara la voz para demandar condiciones de justicia ante el acoso de la mujer; pues lo mismo les escribía correos electrónicos, que les realizaba llamadas telefónicas intimidantes; y en los casos más extremos, las esperaba afuera de su casa para abordarlas sin otra intención más que el presunto abuso sexual.
Independent