Desde hace algunos meses el gobernador Ron DeSantis se encuentra inmerso en una polémica por la forma en que ha manejado la inmigración en su estado, si bien Florida no cuenta con niveles críticos como en Texas, en las últimas semanas ha experimentado la llegada en masa de cubanos en busca de asilo, lo que incluso ha llevado a las autoridades a cerrar un parque recreativo.
Fue durante una conferencia de prensa, no relacionada con la inmigración, que DeSantis amenazó con acusar a la administración Biden de los altos costos que ha sufrido su estado por combatir el aumento de la inmigración en los Cayos de Florida.
Afirmó que la sobrecargada Guardia Costera de Estados Unidos pidió su ayuda antes de que firmara una orden ejecutiva la semana pasada ordenando a las agencias estatales que ayudaran a detener la afluencia de inmigrantes a su estado, lo que lo colocó en la mira de algunos funcionarios quienes lo acusan de usar a los inmigrantes como parte de un truco político.
“Tal vez le enviaremos el proyecto de ley a la administración de Biden”, mencionó DeSantis cuando se le preguntó sobre las acusaciones.
DeSantis también señaló que la Guardia Costera envió aproximadamente a 300 personas para frenar las llegadas de inmigrantes, que en las últimas semanas ha ascendido a 700, en su mayoría cubanos y haitianos.
El gobernador también refirió que los Cayos de Florida está lleno de embarcaciones abandonadas que a menudo se lavan cerca de las casas de los residentes locales por lo que ha ordenado a las agencias estatales su eliminación.