Hace aproximadamente seis semanas, millones de propietarios de viviendas en todo Texas descubrieron que existía la posibilidad de que su agua estuviera contaminada, o perdieron completamente el acceso a ella, cuando las temperaturas heladas y la decrépita infraestructura del estado provocaron apagones generalizados.
La semana pasada, en el otro lado del planeta, Taiwán redujo el suministro de agua a áreas que incluyen un centro clave de fabricación de semiconductores, debido a la peor sequía en décadas.
Estas crisis consecutivas son emblemáticas de una catástrofe global que recién ahora está recibiendo la atención que merece. Y a diferencia de otras calamidades que puedan desaparecer con el tiempo, esta solo puede empeorar. La Organización Mundial de la Salud estima que, en menos de cuatro años, la mitad de la población mundial vivirá en áreas con escasez hídrica.
“Solo se espera que estos riesgos aumenten a medida que se intensifiquen los efectos del cambio climático”, dijo Thomas Schumann, fundador de Thomas Schumann Capital, una firma que ha creado índices de agua para Estados Unidos y Europa. “No solo eso, sino que los costos comerciales asociados con estos riesgos se proyectan en US$300.000 millones… o cinco veces más si no se abordan”.
Si bien la mayoría de las discusiones ambientales se centran en las emisiones de gases de efecto invernadero, nueve de los 10 mayores riesgos a los que se enfrenta la humanidad están relacionados con la falta de agua, dijo Schumann. El agua es insustituible a la hora de apoyar la vida y el bienestar. Por definición, eso significa que hay un caso comercial y de inversión para priorizar la administración del agua, dijo.
Los eventos en Texas y Taiwán “hablan directamente del impacto y del gran número de partes interesadas”, dijo Jade Huang, administrador de fondos de Calvert Research and Management, que supervisa casi US$32.000 millones, incluido el fondo de agua de US$494 millones de Calvert.
Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. necesita “grandes cantidades de agua limpia”, dijo Huang. El 24 de marzo, Taiwán emitió su primera alerta roja sobre el suministro de agua en seis años. Si bien las restricciones del Gobierno no se dirigen a TSMC, la compañía dijo que planea (como contingencia) aumentar la cantidad de agua que usa de camiones cisterna.
En Texas, el principal desafío de la tormenta de invierno de febrero fue obtener acceso a agua limpia para los servicios básicos de salud y saneamiento, dijo Yijia Chen, analista ESG en Calvert. Valorar el agua, dijo, nunca ha sido más importante.
Las empresas, por supuesto, pueden continuar operando mientras arrojan grandes cantidades de carbono a la atmósfera. Pero sin acceso al agua, muchos no podrían sobrevivir, aseveró Schumann. Como resultado, los inversionistas utilizan cada vez más la seguridad del agua como referente de la seguridad medioambiental, dijo.
Thomas Schumann Capital ha desarrollado el índice TSC US Water Security Index, que incluye a aproximadamente 550 de las compañías más grandes del país, y el índice TSC Euro Water Security, que se compone de aproximadamente 225 acciones de gran capitalización de la eurozona.
Las empresas con menor huella hídrica y exposición al riesgo de agua, como AT&T Corp., Microsoft Corp. y Citigroup Inc., reciben ponderaciones proporcionalmente más altas en los índices, explicó Schumann. Los índices excluyen automáticamente a las empresas que operan en las industrias del juego, el tabaco y la defensa, así como aquellas con las peores calificaciones combinadas de objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas y en términos ESG (ambiental, social y de gobernanza corporativa).
El Foro Económico Mundial identifica la inversión transformacional como la solución a riesgos sistémicos como las crisis del agua, dijo Schumann. Estas inversiones pueden abordar los riesgos del agua a largo plazo y también generar rendimientos competitivos, lo que él llama “un beneficio mutuo para el medio ambiente, la sociedad y los inversionistas”.