La criptomoneda Omicron ha experimentado una actividad frenética desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió dar ese mismo nombre a la nueva variante del coronavirus descubierta en Sudáfrica durante la semana pasada.

El jueves reciente valía unos 65 dólares, pero este lunes (29.11.2021) Omicron, aparentemente creada a inicios de noviembre, alcanzó un máximo de casi 700 dólares, unas diez veces más que dos días antes, según el sitio especializado CoinMarketCap.

Hasta ahora, esta moneda digital era casi desconocida y presentaba un precio estable. En su sitio web se describe como “un protocolo de moneda descentralizada respaldada por el tesoro”.

La OMS decidió nombrar las variantes utilizando letras del alfabeto griego (alfa, beta, gamma, delta…) para evitar estigmatizar a ningún país en particular y facilitar al público la pronunciación de los nombres.

En su página web, los fundadores de la criptomoneda Omicron no hacen ninguna referencia al Covid-19. Más bien explican que esperan que su activo “podrá funcionar como una moneda capaz de conservar su poder adquisitivo independientemente de la volatilidad del mercado”.

Durante esta misma jornada, el valor de Omicron retrocedió hasta 152 dólares antes de recuperarse y estabilizarse en 350 dólares hacia el final del día, cinco veces más que a finales de la semana pasada.

Desde el “Juego del calamar” hasta el dogecoin, las criptodivisas menores se han beneficiado este año de los vínculos con los memes o la cultura de la web, registrando rápidos auges y caídas, mientras que nombres más convencionales como el bitcoin se disparan en popularidad.

JU (afp, rtre)

DW