Mientras Estados Unidos se apura a evacuar a sus ciudadanos y aliados del caos de Afganistán, un creciente número de republicanos cuestionan que Washington deba recibir a afganos que trabajaron codo con codo con los estadounidenses, aumentando las divisiones internas en la formación antes de las elecciones de mitad de legislatura del próximo año.
Además de las duras críticas a Joe Biden en la primera gran crisis de política exterior de su mandato, algunos republicanos recurren a la retórica nacionalista y antiinmigrante perfeccionada por el expresidente Donald Trump durante sus cuatro años en la Casa Blanca. Esto molesta a otros en el partido que creen que Estados Unidos debe atender a quienes les ayudaron en las dos últimas décadas.
“Creo que estas falsas narrativas de que se trata de un puñado de terroristas (…) no tienen ningún fundamento real”, dijo Olivia Troye, exasesora de seguridad nacional de la Casa Blanca y actual directora del Proyecto de Responsabilidad Republicana. “No hay ninguna base para esto en términos de inteligencia y seguridad nacional”.
Neil Newhouse, un veterano analista republicano, apuntó que la retórica refleja “un incremento generalizado” en la preocupación en el país por el riesgo de amenazas terroristas tras la caída de Afganistán en manos del Talibán, no solo en el corto plazo por parque de aquellos que no hayan sido examinados correctamente, sino a uno o dos años vista.
“Hay una sensación de que estamos menos seguros como país como resultado de esto”, afirmó.
El gobierno de Biden ha recalcado que cada persona que recibe autorización para entrar al país está siendo investigada de forma minuciosa por funcionarios que trabajan las 24 horas del día. Pero los refugiados se han convertido en un creciente punto de fricción, con Trump y sus seguidores exigiendo que se priorice la salida de los estadounidenses de Afganistán y advirtiendo sobre los posibles peligros que suponen los afganos rescatados en una de las mayores evacuaciones aéreas civiles de la historia.
Pero otros, entre los que hay gobernadores y congresistas republicanos, han adoptado una postura diferente: dan la bienvenida a los refugiados a sus regiones y trabajan sin descanso para ayudar a quienes intentar salir del país. En el Capitolio, los esfuerzos para ayudar a los amigos y familiares afganos los votantes consume el tiempo de legisladores de ambos partidos.
Estados Unidos ha evacuado a más de 100.000 personas desde el inicio del operativo el 14 de agosto, de las cuales más de 5.100 eran ciudadanos estadounidenses. Aunque la prioridad explícita del gobierno es sacar a sus ciudadanos, las cifras reflejan la demografía de quienes tratan de huir.
Las autoridades creen que unos 500 estadounidenses que quieren salir de Afganistán siguen allí, mientras que otros querrían quedarse. Y muchos de los afganos, incluyendo los que fungieron como intérpretes o asistentes, están desesperados por escapar ante el temor de que serán los principales objetivos de las represalias talibanes una vez se complete la retirada de Estados Unidos.
La periodista de The Associated Press Lisa Mascaro contribuyó a este despacho.