Unos científicos han demostrado que un rayo láser permite cambiar la dirección de los rayos en el cielo, una técnica que podría ayudar a proteger contra los rayos mortales o destructivos, según detalla un nuevo estudio publicado este lunes (16.01.2023) por la revista Nature Photonics.
Los rayos, que caen entre 40 y 120 veces por segundo en todo el mundo, matan a más de 4.000 personas y causan daños millonarios cada año. La principal protección contra estos sigue siendo el humilde pararrayos, ideado por el polímata estadounidense Benjamin Franklin, en 1749.
Una actualización del invento de Franklin
Ahora, desde la cima de una montaña de los alpes suizos, unos científicos han disparado un láser de 20 centímetros de diámetro que permite controlar y redireccionar los rayos en un rango de unos 50 metros.
“Queríamos demostrar por primera vez que el láser puede influir en un rayo, y que es más sencillo guiarlo”, explicó Aurelien Houard, físico del laboratorio de óptica aplicada del instituto ENSTA de París y autor principal del estudio.
Pero para futuras aplicaciones “sería aún mejor si pudiéramos desencadenar el rayo”, añadió.
¿Cómo funciona?
Un rayo es una descarga de electricidad estática que se acumula en las nubes de tormenta o entre las nubes y el suelo.
Para poder desviar un rayo, el lásercrea plasma, en el que iones y electrones cargados calientan el aire. El aire se vuelve “parcialmente conductor y, por tanto, el camino preferido por el rayo”, explicó Houard.
Dos años para montar el láser en la cima de la montaña
Los científicos instalaron un láser que puede disparar hasta mil pulsos de luz por segundo en la cima de 2.500 metros del monte Santis, en el noreste de Suiza.
En ese lugar se halla una torre de comunicaciones que es alcanzada por un rayo unas 100 veces al año. Dos años tardó la construcción del potente láser, que tuvo que ser trasladado por piezas mediante un teleférico y un helicóptero.
Al menos tres rayos guiados
Durante una tormenta en el verano de 2021, los científicos pudieron fotografiar su rayo conduciendo un relámpago en un margan de 50 metros. Las mediciones interferométricas mostraron que otros tres rayos también fueron desviados hacia arriba.
Los investigadores ahora trabajan en probar si esta técnica podría utilizarse no solo para alejar los rayos, sino para desencadenarlos.
De este modo, los científicos podrían elegir el momento en que producen los rayos para así poder proteger mejor instalaciones estratégicas como aeropuertos o plataformas de lanzamiento de cohetes.
Esto requeriría una alta conductividad en el plasma del láser, que los científicos no creen haber dominado todavía.
(afp, efe, nature.com)