La agencia noticiosa oficial china reportó el viernes que en las llamadas “operaciones conjuntas de bloqueo”, que se llevan a cabo en seis zonas ante la costa de Taiwán, se emplearon aviones de combate, bombarderos, destructores y fragatas. Beijing sostiene que la isla forma parte de su territorio.
El mando militar del este probó también nuevas versiones de misiles que, según aseguró, alcanzaron objetivos no identificados en el estrecho de Taiwán “con precisión”. Entre ellos había proyectiles que sobrevolaron la isla y cayeron en el Pacífico, dijeron funcionarios militares a medios estatales, en una importante intensificación de las amenazas de Beijing de anexionar el territorio por la fuerza.
Las maniobras, que Xinhua describió como de una “escala sin precedentes”, son la respuesta a la visita de Pelosi, la política estadounidense de mayor rango que pisó a Taiwán en 25 años.
Por otra parte, China anunció sanciones no especificadas contra Pelosi y su familia. Este tipo de acciones suelen tener un carácter simbólico.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores chino, señaló que Pelosi hizo caso omiso de las graves preocupaciones y de la rotunda oposición de China a su viaje. Calificó el acto de provocador y alegó que socava la soberanía y la integridad territorial del país.
Beijing se opone a que Taiwán tenga relación con gobiernos extranjeros.
Los turistas se congregaban el viernes en la costa china frente a Taiwán para tratar de ver a cualquier avión militar que se dirigiese a la zona de los ejercicios. Se podía oír a los cazas sobrevolando la zona mientras los turistas tomaban fotos y coreaban “Recuperemos Taiwán” mirando a las azules aguas del estrecho desde la isla de Pingtan, un popular lugar de recreo.
La insistencia por parte de China en que Taiwán es su territorio y la amenaza de recurrir a la fuerza para someterlo a su control ha tenido un protagonismo especial en la propaganda del gobernante Partido Comunista, en el sistema educativo y en los medios de comunicación controlados por el estado durante siete décadas, desde que su separación en la guerra civil de 1949.
Los habitantes de la isla están abrumadoramente a favor de mantener el statu quo de la independencia de facto y rechazan las exigencias de unificación de Beijing.
El viernes por la mañana, China desplazó buques militares y aviones de guerra al otro lado de la línea media del, afirmó el Ministerio de Defensa taiwanés, cruzando la que, durante décadas, había sido una zona de distensión no oficial entre las dos partes.
Cinco de los misiles disparados por China desde el inicio de los ejercicios cayeron en la zona económica exclusiva japonesa, frente a Hateruma, una isla en el extremo sur del archipiélago, dijo el ministro de Defensa nipón, Nobuo Kishi. Japón protestó por estas acciones ante China al tratarse de “graves amenazas a la seguridad nacional y a la seguridad del pueblo japonés”.
El Ministerio de Defensa nipón apuntó más tarde que cree que otros cuatro proyectiles, disparados desde la costa de Fujian, en el sureste de China, sobrevolaron Taiwán.
Antes en el día, el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, dijo que los ejercicios militares chinos en las inmediaciones de Taiwán representan un “grave problema” que amenaza la paz y la seguridad de la región.
En Tokio, la última parada de la gira asiática de Pelosi, la funcionaria afirmó que Beijing no puede frenar las visitas de altos cargos de su país a la isla. Kishida, que habló tras su desayuno con Pelosi y la delegación estadounidense, dijo que hay que “frenar de inmediato” el lanzamiento de misiles.
Por otra parte, China dijo haber llamado a consultas a los diplomáticos europeos en el país para protestar por los comunicados emitidos por el Grupo de los Siete y la Unión Europea, que criticaron las amenazantes las maniobras de su ejército en torno a Taiwán.
El Ministerio de Exteriores dijo el viernes que el viceministro, Deng Li, hizo “declaraciones solemnes” acerca de lo que calificó de “interferencia gratuita en los asuntos internos de China”.
Deng indicó que China “impedirá la división del país con la más firme determinación, empleando todos los medios y a cualquier precio”.
“La visita de Pelosi a Taiwán es una manipulación política descarada y una grave violación de la soberanía y la integridad territorial de China”, agregó Deng. “En respuesta a la confabulación y provocación de Estados Unidos y Taiwán, el contraataque de China es natural”.
Según el Ministerio de Exteriores chino, la reunión se celebró el jueves por la noche, pero no reveló qué países participaron. En la víspera, China canceló una reunión de cancilleres con Japón para protestar por la declaración del G7 que exponía que los ejercicios no estaban justificados.
Beijing ya había convocado antes al embajador estadounidense, Nicholas Burns, para protestar por la visita de Pelosi. La alta funcionaria se marchó de la isla el miércoles luego de reunirse con la presidenta, Tsai Ing-wen, y participar en otros actos públicos. Después viajó a Corea del Sur y a Japón, que tienen bases militares estadounidenses y podrían verse implicados en un conflicto con Taiwán.