Pekín, 5 feb (EFE).- China realizó este jueves un test de interceptación de misiles en fase de trayecto medio, anunció hoy el Ministerio de Defensa en un comunicado, que consideró un “éxito” el ejercicio y aseguró que tiene una “naturaleza defensiva” y no está dirigido “contra ningún país”.
“El test se realizó dentro de las fronteras de China y alcanzó el objetivo previsto”, señaló el departamento de Defensa en una escueta nota, que no proporcionó más detalles técnicos sobre el ejercicio.
China es el segundo país del mundo que desarrolla esta tecnología después de Estados Unidos.
El test tuvo lugar un día después de que el nuevo Gobierno de Joe Biden en EEUU aprobase la prolongación por 5 años del acuerdo de control de armas nucleares New START, una vez que Rusia hubiera hecho lo propio.
Los medios oficiales chinos indicaron que se trató de un test técnico contra misiles balísticos en fase de trayecto medio (ABM), el quinto que China anuncia públicamente.
China anunció su primer ejercicio de este tipo con éxito en 2010 y posteriormente realizó otros en 2013, 2014 y 2018.
Según Song Zhongping, experto militar citado por el diario oficial Global Times, los test en la fase de medio trayecto son la “fase más vital en la interceptación de misiles balísticos” ya que alcanzan el misil en su fase de vuelo libre fuera de la atmósfera.
“La gran dificultad de la interceptación reside en la alta trayectoria”, señaló Song.
“Es muy importante establecer un efectivo y completo sistema anti-misiles, especialmente contra misiles de medio alcance e intercontinentales, que están habitualmente equipados con cabezas nucleares, para asegurar la seguridad nacional de China”, destacó el diario oficial.
Fuentes militares citadas por el diario independiente South China Morning Post, señalaron que el test podría suponer un aviso a India, país que prevé desplegar este año el Agni-V, su misil con capacidad nuclear más potente con un alcance superior a los 5.000 kilómetros.
El sistema terrestre de defensa anti-misiles de trayectoria media de China está diseñado para su interceptación fuera de la atmósfera terrestre, lo que reduce los daños colaterales en tierra.
El objetivo es interceptarlos cuando se encuentran en vuelo inerte y su trayectoria es estable y predecible, aunque la gran altura y la distancia del objetivo requiere un sistema bien desarrollado con mecanismos de aviso rápido, tanto en tierra, como en el mar y el espacio.